China criticó abiertamente a Estados Unidos tras los ataques realizados por fuerzas estadounidenses contra instalaciones nucleares en Irán, sucedidos en medio de conversaciones diplomáticas entre ambos países. Fu Cong, representante permanente de China ante la ONU, afirmó en una entrevista con la emisora estatal china el domingo 22 de junio que dichas acciones dañaron la reputación de Washington como potencia global y socavaron su posición en futuras negociaciones internacionales.
Durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU ese mismo día en Nueva York, Fu Cong reiteró la condena de Pekín a los ataques, alineándose con Rusia y Pakistán en la redacción de una resolución del organismo que exige un alto el fuego, salvaguarda de la población civil y la apertura inmediata de conversaciones de paz.
La condena de China a la política estadounidense fue reforzada el lunes en los medios estatales. La agencia oficial Xinhua acusó a Washington de intensificar la violencia en Oriente Medio y señaló que la situación actual es “un duro recordatorio de que la política de poder y las intervenciones militares sólo conducen al caos y la inestabilidad”. Paralelamente, el tabloide Global Times, ligado al Partido Comunista chino, afirmó que los recientes ataques debilitaron “los cimientos del orden de seguridad internacional”.
Comentarios furiosos se multiplicaron en los foros de Internet en China, donde usuarios acusaron a Estados Unidos de engañar a Irán durante las negociaciones nucleares y lanzar ataques mientras las conversaciones estaban en curso.
Pese a la retórica oficial de Pekín sobre su papel como mediador global, la realidad de los vínculos chino-iraníes es compleja. China se ha consolidado como uno de los principales apoyos económicos y diplomáticos de Irán, adquiriendo casi la totalidad de las exportaciones petroleras iraníes. Este flujo de capital ha permitido a Teherán mantener su régimen y financiar la actividad de aliados como Hamás, Hezbolá y los hutíes.
El domingo, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, exhortó a Pekín a utilizar su influencia para evitar que Irán cumpla la amenaza de cerrar el estratégico Estrecho de Ormuz, paso fundamental para el transporte global de petróleo. Al respecto, Wang Yiwei, director del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, indicó que China se opondría a un cierre del estrecho debido a su propia dependencia del petróleo iraní, pero actuaría según su propio interés nacional y no bajo presión estadounidense.
Por su parte, Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, evitó pronunciarse directamente sobre la posibilidad de un cierre del Estrecho por parte de Irán y, en cambio, instó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para desescalar el conflicto en Oriente Medio.