La Fiscalía Provincial de Madrid ha acusado formalmente a Carlo Ancelotti de fraude fiscal, alegando que el entrenador italiano utilizó un sistema de empresas pantalla para ocultar ingresos derivados de sus derechos de imagen durante su primera etapa al frente del Real Madrid en los años fiscales 2014 y 2015. Ancelotti, reconocido por sus éxitos tanto en el ámbito nacional como internacional, enfrenta ahora uno de los momentos más críticos fuera de los terrenos de juego, poniendo a prueba su reputación y la de uno de los clubes más grandes del mundo.
Según las investigaciones, el fraude asciende a más de un millón de euros, una cantidad significativa que pone de manifiesto el sistema complejo y deliberado empleado para evadir las obligaciones fiscales. Ancelotti supuestamente registró su residencia fiscal en España, específicamente en Madrid, pero omite declarar ingresos adicionales obtenidos a través de la explotación de sus derechos de imagen, lo cual resultó en la devolución indebida de cantidades considerables por parte de la hacienda española.
Esta acusación surge en un momento en que Ancelotti disfruta de un segundo período como técnico del Real Madrid, tras haber logrado importantes éxitos con el equipo, incluida la obtención de la Champions League. Sin embargo, este caso arroja luz sobre una práctica desafortunadamente común en el mundo del deporte, donde figuras de alto perfil se ven involucradas en problemas legales relacionados con el manejo de sus finanzas e impuestos.
El caso de Ancelotti no es aislado. En los últimos años, las autoridades fiscales españolas han intensificado su vigilancia y acciones legales contra figuras destacadas del fútbol por fraude fiscal. Estrellas como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo también han enfrentado acusaciones similares, aunque en sus casos se llegaron a acuerdos que les permitieron evitar el encarcelamiento. La decisión de proceder legalmente contra Ancelotti refleja la determinación de España de combatir el fraude fiscal, independientemente del estatus o la popularidad de la persona involucrada.