La nueva película alimenticia desarrollada por la NTU de Singapur emplea compuestos extraídos de semillas de aguacate desechadas, aprovechando las propiedades de la catequina, el ácido clorogénico y un pigmento conocido como perseorangin. Esta película, basada en almidón de semillas de durián y jackfruit, no solo incluye componentes antibacterianos, sino que también puede indicar visualmente el estado de descomposición del alimento.
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Los científicos han destacado la capacidad de la catequina y el ácido clorogénico para eliminar bacterias dañinas como *Staphylococcus aureus* y *Escherichia coli*, afectando las membranas celulares de estos microorganismos. El componente perseorangin tiene la propiedad de cambiar de color en respuesta al nivel de pH, que tiende a aumentar debido a la actividad bacteriana en alimentos proteicos.

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En pruebas de laboratorio, los investigadores colocaron camarones crudos junto con la película. Los resultados mostraron que la película comenzó a cambiar de amarillo a marrón hasta dos días antes de que se detectaran signos visibles de descomposición en los camarones, como coloración o mal olor. Este cambio de color actúa como una alerta visual que facilita la identificación temprana de la descomposición del alimento, ayudando a evitar el consumo de productos en mal estado y reduciendo potencialmente el desperdicio de alimentos.
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El impacto potencial de este avance es significativo. Al utilizar materiales que habitualmente se desechan, como las semillas de aguacate y de otras frutas tropicales, se promueve un sistema alimentario más sostenible y se reduce el impacto ambiental. Además, el aprovechamiento de estos compuestos ayudas a prolongar la vida útil de los alimentos almacenados y almacenados.
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Diversos expertos coinciden en la relevancia de esta tecnología. "La creación de un sistema alimentario más seguro y sostenible es vital, y esta innovación puede jugar un papel crucial en esa misión al minimizar el desperdicio de alimentos", señalaron.
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La película alimenticia no solo mejora la seguridad alimentaria mediante sus propiedades antibacterianas, sino que también ofrece una herramienta eficaz para controlar la frescura del alimento, mitigando así el desperdicio innecesario de alimentos y promoviendo prácticas de consumo más responsables.