Ciencia

Alerta por Enfermedad de los Ciervos Zombis: Riesgo de Contagio a Humanos

Científicos advierten sobre el aumento de casos de la enfermedad de los ciervos zombis, conocida como Encefalopatía Crónica en Ciervos (ECC), en América del Norte, y su potencial riesgo de contagio a humanos.

Ciencia

Alerta por Enfermedad de los Ciervos Zombis: Riesgo de Contagio a Humanos

Científicos advierten sobre el aumento de casos de la enfermedad de los ciervos zombis, conocida como Encefalopatía Crónica en Ciervos (ECC), en América del Norte, y su potencial riesgo de contagio a humanos.

“Estamos ante un desastre lento pero inminente, y es crucial estar preparados para cualquier eventualidad de transmisión a humanos”

- Dr. Cory Anderson, investigador de la ECC.

8/1/2024

La Encefalopatía Crónica en Ciervos (ECC), comúnmente llamada enfermedad de los ciervos zombis, ha generado una creciente preocupación entre los científicos y la comunidad médica. Esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta a ciervos, alces, renos y otros miembros de la familia de los cérvidos, se caracteriza por síntomas como letargo, pérdida de peso, agresividad y una mirada perdida, lo que ha llevado a su denominación popular. La ECC es causada por priones, agentes patógenos anormales y transmisibles que son resistentes a métodos de desinfección convencionales.

El aumento de casos en América del Norte, especialmente en parques nacionales como Yellowstone, ha encendido las alarmas sobre la posibilidad de que la enfermedad cruce la barrera de especies y afecte a los humanos. Aunque no se han reportado casos de transmisión a personas, la experiencia con enfermedades similares, como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), más conocida como enfermedad de las vacas locas, sugiere que este riesgo no puede ser descartado.

La ECC se transmite entre los animales a través de fluidos corporales como saliva, sangre y orina, y los priones pueden persistir en el medio ambiente durante años, lo que complica los esfuerzos para controlar su propagación. La enfermedad ha sido detectada en al menos 31 estados de EE.UU. y tres provincias canadienses, así como en países como Noruega, Finlandia, Suecia y Corea del Sur.

Los expertos enfatizan la necesidad de una mayor vigilancia y medidas preventivas, especialmente en áreas donde la caza de cérvidos es común. Se recomienda a los cazadores que realicen pruebas en los animales antes de consumir su carne y que eviten el contacto con tejidos potencialmente infecciosos como el cerebro y la médula espinal. La preocupación se extiende a la posibilidad de que la enfermedad pueda afectar a otros mamíferos, incluyendo el ganado y, potencialmente, a los seres humanos.

Algo Curioso
La ECC es una de las varias enfermedades priónicas conocidas, un grupo que incluye la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos y la scrapie en ovejas. Estas enfermedades son notables por su larga incubación y su naturaleza invariablemente fatal.

El Desafío de Contener una Enfermedad Incurable y Altamente Contagiosa

La ECC, una enfermedad que no tiene cura ni vacuna, representa un desafío único para los científicos y autoridades de salud. La resistencia de los priones a altas temperaturas y métodos de desinfección convencionales hace que la eliminación del agente patógeno del medio ambiente sea extremadamente difícil. Esta característica aumenta el riesgo de una propagación más amplia entre las poblaciones de cérvidos y potencialmente a otras especies.

En el Parque Nacional de Yellowstone, donde recientemente se confirmó un caso de ECC, la enfermedad plantea una amenaza significativa no solo para la fauna local, sino también para el ecosistema en su conjunto. El parque, conocido por su rica biodiversidad, podría enfrentar desafíos ecológicos si la enfermedad afecta a grandes números de su fauna. Los expertos advierten que la enfermedad es "dependiente de la densidad", lo que significa que las tasas de infección son más altas en áreas donde los animales se congregan en grandes números, como los terrenos de alimentación artificial.

La preocupación se extiende más allá de los límites del parque. Con la temporada de caza en curso en Estados Unidos, las autoridades sanitarias han emitido recomendaciones para los cazadores. Se aconseja realizar pruebas de ECC en los animales cazados antes de consumir su carne y evitar el consumo de carne de cérvidos que parezcan enfermos o actúen de manera extraña. Además, se recomienda el uso de guantes protectores al manipular los órganos internos de los animales cazados y evitar el contacto con tejidos de alto riesgo como el cerebro y la médula espinal.

La situación en Yellowstone sirve como un punto de referencia para otros estados y regiones donde la ECC está presente. Desde 1997, se han recolectado y analizado miles de muestras de tejido en Wyoming, revelando tasas de infección preocupantes. Estos datos subrayan la importancia de una vigilancia y prevención continuas para controlar la propagación de la enfermedad.

La Importancia de la Vigilancia y Prevención en la Lucha Contra la ECC

El riesgo potencial de que la ECC se transmita a los humanos ha llevado a los investigadores a compararla con la crisis de la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido durante las décadas de 1980 y 1990. Aunque no se han reportado casos de transmisión a humanos, la posibilidad no puede ser ignorada, especialmente considerando que se estima que hasta 15,000 animales infectados con ECC son consumidos cada año en los Estados Unidos. La preocupación principal radica en la capacidad de los priones para cruzar la barrera de especies y causar enfermedades en humanos, un fenómeno observado en otras enfermedades priónicas.

La situación actual subraya la importancia de la investigación continua y el desarrollo de métodos de detección más efectivos, tanto para animales vivos como para aquellos destinados al consumo humano. Además, es crucial una mayor conciencia pública sobre los riesgos asociados con la enfermedad y las medidas de precaución necesarias al manipular y consumir carne de cérvidos.

El caso de la ECC en Yellowstone y su expansión geográfica representa un recordatorio de cómo las enfermedades zoonóticas pueden emerger y propagarse en un mundo cada vez más interconectado. La interacción entre la vida silvestre, el ganado y los humanos, exacerbada por la invasión humana en hábitats naturales y prácticas como la alimentación artificial de animales salvajes, aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades entre especies.

En conclusión, la ECC no solo es un problema de salud animal, sino que también representa un desafío significativo para la salud pública y la conservación de la vida silvestre. La colaboración entre científicos, autoridades de salud, cazadores y el público en general es esencial para abordar esta amenaza emergente y proteger tanto a los animales como a las comunidades humanas.

Fuentes

The Independent | The Guardian

“Estamos ante un desastre lento pero inminente, y es crucial estar preparados para cualquier eventualidad de transmisión a humanos”

- Dr. Cory Anderson, investigador de la ECC.

Jan 8, 2024
Colglobal News

La Encefalopatía Crónica en Ciervos (ECC), comúnmente llamada enfermedad de los ciervos zombis, ha generado una creciente preocupación entre los científicos y la comunidad médica. Esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta a ciervos, alces, renos y otros miembros de la familia de los cérvidos, se caracteriza por síntomas como letargo, pérdida de peso, agresividad y una mirada perdida, lo que ha llevado a su denominación popular. La ECC es causada por priones, agentes patógenos anormales y transmisibles que son resistentes a métodos de desinfección convencionales.

El aumento de casos en América del Norte, especialmente en parques nacionales como Yellowstone, ha encendido las alarmas sobre la posibilidad de que la enfermedad cruce la barrera de especies y afecte a los humanos. Aunque no se han reportado casos de transmisión a personas, la experiencia con enfermedades similares, como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), más conocida como enfermedad de las vacas locas, sugiere que este riesgo no puede ser descartado.

La ECC se transmite entre los animales a través de fluidos corporales como saliva, sangre y orina, y los priones pueden persistir en el medio ambiente durante años, lo que complica los esfuerzos para controlar su propagación. La enfermedad ha sido detectada en al menos 31 estados de EE.UU. y tres provincias canadienses, así como en países como Noruega, Finlandia, Suecia y Corea del Sur.

Los expertos enfatizan la necesidad de una mayor vigilancia y medidas preventivas, especialmente en áreas donde la caza de cérvidos es común. Se recomienda a los cazadores que realicen pruebas en los animales antes de consumir su carne y que eviten el contacto con tejidos potencialmente infecciosos como el cerebro y la médula espinal. La preocupación se extiende a la posibilidad de que la enfermedad pueda afectar a otros mamíferos, incluyendo el ganado y, potencialmente, a los seres humanos.

La Encefalopatía Crónica en Ciervos (ECC), comúnmente llamada enfermedad de los ciervos zombis, ha generado una creciente preocupación entre los científicos y la comunidad médica. Esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta a ciervos, alces, renos y otros miembros de la familia de los cérvidos, se caracteriza por síntomas como letargo, pérdida de peso, agresividad y una mirada perdida, lo que ha llevado a su denominación popular. La ECC es causada por priones, agentes patógenos anormales y transmisibles que son resistentes a métodos de desinfección convencionales.

El aumento de casos en América del Norte, especialmente en parques nacionales como Yellowstone, ha encendido las alarmas sobre la posibilidad de que la enfermedad cruce la barrera de especies y afecte a los humanos. Aunque no se han reportado casos de transmisión a personas, la experiencia con enfermedades similares, como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), más conocida como enfermedad de las vacas locas, sugiere que este riesgo no puede ser descartado.

La ECC se transmite entre los animales a través de fluidos corporales como saliva, sangre y orina, y los priones pueden persistir en el medio ambiente durante años, lo que complica los esfuerzos para controlar su propagación. La enfermedad ha sido detectada en al menos 31 estados de EE.UU. y tres provincias canadienses, así como en países como Noruega, Finlandia, Suecia y Corea del Sur.

Los expertos enfatizan la necesidad de una mayor vigilancia y medidas preventivas, especialmente en áreas donde la caza de cérvidos es común. Se recomienda a los cazadores que realicen pruebas en los animales antes de consumir su carne y que eviten el contacto con tejidos potencialmente infecciosos como el cerebro y la médula espinal. La preocupación se extiende a la posibilidad de que la enfermedad pueda afectar a otros mamíferos, incluyendo el ganado y, potencialmente, a los seres humanos.

Algo Curioso
La ECC es una de las varias enfermedades priónicas conocidas, un grupo que incluye la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos y la scrapie en ovejas. Estas enfermedades son notables por su larga incubación y su naturaleza invariablemente fatal.

El Desafío de Contener una Enfermedad Incurable y Altamente Contagiosa

La ECC, una enfermedad que no tiene cura ni vacuna, representa un desafío único para los científicos y autoridades de salud. La resistencia de los priones a altas temperaturas y métodos de desinfección convencionales hace que la eliminación del agente patógeno del medio ambiente sea extremadamente difícil. Esta característica aumenta el riesgo de una propagación más amplia entre las poblaciones de cérvidos y potencialmente a otras especies.

En el Parque Nacional de Yellowstone, donde recientemente se confirmó un caso de ECC, la enfermedad plantea una amenaza significativa no solo para la fauna local, sino también para el ecosistema en su conjunto. El parque, conocido por su rica biodiversidad, podría enfrentar desafíos ecológicos si la enfermedad afecta a grandes números de su fauna. Los expertos advierten que la enfermedad es "dependiente de la densidad", lo que significa que las tasas de infección son más altas en áreas donde los animales se congregan en grandes números, como los terrenos de alimentación artificial.

La preocupación se extiende más allá de los límites del parque. Con la temporada de caza en curso en Estados Unidos, las autoridades sanitarias han emitido recomendaciones para los cazadores. Se aconseja realizar pruebas de ECC en los animales cazados antes de consumir su carne y evitar el consumo de carne de cérvidos que parezcan enfermos o actúen de manera extraña. Además, se recomienda el uso de guantes protectores al manipular los órganos internos de los animales cazados y evitar el contacto con tejidos de alto riesgo como el cerebro y la médula espinal.

La situación en Yellowstone sirve como un punto de referencia para otros estados y regiones donde la ECC está presente. Desde 1997, se han recolectado y analizado miles de muestras de tejido en Wyoming, revelando tasas de infección preocupantes. Estos datos subrayan la importancia de una vigilancia y prevención continuas para controlar la propagación de la enfermedad.

La Importancia de la Vigilancia y Prevención en la Lucha Contra la ECC

El riesgo potencial de que la ECC se transmita a los humanos ha llevado a los investigadores a compararla con la crisis de la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido durante las décadas de 1980 y 1990. Aunque no se han reportado casos de transmisión a humanos, la posibilidad no puede ser ignorada, especialmente considerando que se estima que hasta 15,000 animales infectados con ECC son consumidos cada año en los Estados Unidos. La preocupación principal radica en la capacidad de los priones para cruzar la barrera de especies y causar enfermedades en humanos, un fenómeno observado en otras enfermedades priónicas.

La situación actual subraya la importancia de la investigación continua y el desarrollo de métodos de detección más efectivos, tanto para animales vivos como para aquellos destinados al consumo humano. Además, es crucial una mayor conciencia pública sobre los riesgos asociados con la enfermedad y las medidas de precaución necesarias al manipular y consumir carne de cérvidos.

El caso de la ECC en Yellowstone y su expansión geográfica representa un recordatorio de cómo las enfermedades zoonóticas pueden emerger y propagarse en un mundo cada vez más interconectado. La interacción entre la vida silvestre, el ganado y los humanos, exacerbada por la invasión humana en hábitats naturales y prácticas como la alimentación artificial de animales salvajes, aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades entre especies.

En conclusión, la ECC no solo es un problema de salud animal, sino que también representa un desafío significativo para la salud pública y la conservación de la vida silvestre. La colaboración entre científicos, autoridades de salud, cazadores y el público en general es esencial para abordar esta amenaza emergente y proteger tanto a los animales como a las comunidades humanas.

Fuentes

The Independent | The Guardian

PODRÍA INTERESARTE
 

No tienes acceso

Necesitas una membresía para acceder al contenido de este sitio.
Por favor Regístrate o Ingresa