Las técnicas forenses modernas han desmentido una teoría de conspiración de casi 200 años sobre un príncipe europeo perdido, según un nuevo estudio preimpreso.
En 1828, un adolescente de 16 años, descrito como "semi-salvaje", apareció inesperadamente en Nuremberg, Alemania. El desaliñado joven llevaba dos cartas en las que afirmaba haber estado prisionero en un oscuro y frío calabozo bajo el cautiverio de una figura misteriosa.
El chico, que tenía dificultades para hablar, se identificó como Kaspar Hauser. Su aparición repentina generó especulaciones sobre sus orígenes.
En el plazo de un año, surgió una teoría popular que sugería que Hauser era el hijo del recientemente fallecido Gran Duque Carl de Baden, un príncipe alemán que vivió antes de la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806. Los registros históricos indican que el único hijo sobreviviente del Gran Duque había muerto en la infancia en 1812, lo que llevó a algunos a especular que Hauser era el verdadero heredero que había sido secuestrado y reemplazado por un bebé moribundo.
Cinco años después de su aparición, Hauser fue asesinado a puñaladas, lo que aumentó aún más el misterio y dio lugar a numerosos artículos, libros, películas y obras de teatro a lo largo de los años.
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La geneticista Turi King, conocida por su papel en la identificación del esqueleto del rey Ricardo III en 2014, describe el caso de Hauser como "uno de los mayores misterios históricos del siglo XIX" en un podcast.
Recientemente, King se unió a un equipo internacional encargado de comparar el cabello y la sangre de Hauser con los descendientes de la Casa de Baden. Intentos previos habían producido resultados inconsistentes y se cuestionó la autenticidad de las manchas de sangre de la ropa interior de Hauser.
King, que trabaja en la Universidad de Bath, explica que los métodos de análisis de ADN anteriores tuvieron dificultades con los fragmentos de ADN degradado de los restos de Hauser. Usando técnicas modernas de secuenciación, su equipo reanalizó el ADN mitocondrial de Hauser, heredado de manera materna.
“El ADN de Kaspar Hauser fue consistente en las muestras de cabello y sangre, confirmando su autenticidad por primera vez”, dice King. Sin embargo, al comparar el ADN mitocondrial de Hauser con el de sus supuestos parientes reales, no hubo coincidencia.
Los investigadores concluyeron que el ADN de Hauser era “claramente diferente de la línea mitocondrial de la Casa de Baden”, desmintiendo la teoría de que él era un miembro de la familia real.
“Desafortunadamente, nuestros datos aún no pueden revelar su verdadera identidad”, admite King. “Su tipo de ADN mitocondrial es de Eurasia Occidental, pero no podemos precisar una región geográfica específica.”
Sin evidencia de linaje real, los orígenes de Hauser siguen siendo un misterio. Puede que nunca sepamos de dónde vino realmente este niño perdido.
Los resultados de la investigación han sido aceptados para su publicación en la prestigiosa revista iScience, otorgando credibilidad académica al hallazgo. "Este análisis genético finalmente nos proporciona una respuesta concluyente sobre el origen de Kaspar Hauser", afirmó Turi King, satisfecha con la resolución de un misterio histórico que ha persistido durante casi 200 años. Kaspar Hauser llegó a ser conocido como el "huérfano de Europa" debido a la atención mediática que recibió durante su breve vida, marcado por el enigma de su identidad y su trágico asesinato.