Avi Loeb, profesor en la Universidad de Harvard, ha planteado una teoría que desafía las explicaciones convencionales sobre eventos históricos de gran magnitud en la Tierra. Según Loeb, una civilización tecnológica avanzada pudo haber existido en la Tierra mucho antes que la humanidad, y su actividad industrial podría haber desempeñado un papel en el calentamiento global que contribuyó a la extinción del Pérmico-Triásico, la cual tuvo lugar hace 252 millones de años. Este evento de extinción eliminó más del 80% de las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres.
El contexto histórico de esta teoría se remonta a la Era Paleozoica, que comenzó hace 541 millones de años y fue marcada por la explosión cámbrica, un evento significativo de diversificación de la vida. La teoría de Loeb desafía la explicación predominante de que las erupciones volcánicas fueron la principal causa de la extinción masiva, sugiriendo en cambio que la actividad de una civilización avanzada podría haber alterado el clima.
Loeb argumenta que cualquier infraestructura creada por esta civilización habría sido destruida por 250 millones de años de actividad geológica, haciendo muy improbable encontrar restos en la superficie terrestre actual. No obstante, propone que reliquias tecnológicas de dicha civilización podrían haber sobrevivido en el espacio, un escenario apoyado por el hecho de que la humanidad ha lanzado miles de dispositivos al espacio en el último siglo.
En otro ámbito de investigación relacionado, la Directora de Inteligencia Nacional de EE. UU., Avril Haines, ha presentado informes que documentan la existencia de Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI), sugiriendo la posibilidad de tecnología no humana. Avi Loeb lidera el Proyecto Galileo, cuyo objetivo es recopilar y analizar datos sobre estos fenómenos utilizando inteligencia artificial, con la esperanza de que puedan proporcionar pistas sobre civilizaciones pasadas.
Paralelamente, una enmienda propuesta en el Senado de EE. UU. busca aumentar la transparencia sobre los FANI y fomentar la investigación científica en este campo. Esta legislación, respaldada por senadores de ambos partidos, tiene como objetivo desclasificar registros relacionados con estos fenómenos, impulsando así el estudio científico riguroso.
La teoría de Loeb abre un abanico de posibilidades sobre el origen de la vida tecnológica en la Tierra, sugiriendo que la humanidad podría no ser la primera civilización avanzada en este planeta. Su enfoque en los FANI como posibles vestigios de tecnología no humana lleva a considerar la posibilidad de encontrar respuestas sobre civilizaciones antiguas y su influencia en el clima terrestre.