Bryan Johnson, un empresario tecnológico de 46 años y fundador de Braintree, ha invertido más de 4 millones de dólares en un proyecto de extensión de vida denominado “Blueprint”. Este régimen, orientado a reducir su "edad biológica" y eventualmente alcanzar los 200 años de vida, incluye una estricta rutina diaria, intensivos tratamientos médicos y un equipo de especialistas que monitorean su estado de salud de forma continua.
Johnson, quien vendió Braintree a PayPal en 2013 por aproximadamente 800 millones de dólares, sigue un meticuloso horario que comienza a las 4:30 a.m. y que abarca desde un seguimiento exhaustivo de su salud hasta la ingesta de un batido especial llamado "el gigante verde". Este batido contiene elementos como creatina, flavanoles de cacao y péptidos de colágeno, y junto con él, Johnson ingiere 54 de las 111 pastillas que consume diariamente. Además, realiza una serie de ejercicios físicos en 25 pasos y sigue una dieta que incluye diversos kilos de verduras, absteniéndose de comer después de las 11 a.m.
Los tratamientos médicos a los que Johnson se somete también son notables: se inyecta plasma de su hijo de 17 años, utiliza dispositivos electromagnéticos de alta intensidad para fortalecer su suelo pélvico y ha completado cinco tratamientos de rejuvenecimiento en 72 horas, entre ellos exfoliaciones con ácido y terapias con láser. Este enfoque extremo ha despertado controversias y críticas en el ámbito médico.
Los resultados, según su equipo médico, indican que Johnson tiene la salud cardíaca de un hombre de 37 años, la piel de uno de 38 y la capacidad pulmonar de un joven de 18. Sin embargo, esta afirmación está bajo escepticismo por parte de la comunidad científica. El Dr. Pinchas Cohen, de la Universidad del Sur de California, destaca que la eliminación de la muerte no es posible y que está codificada en nuestros genes. Otros médicos han expresado preocupaciones sobre los posibles efectos a largo plazo de un régimen tan intenso.
El enfoque de Johnson ha capturado la atención de otros millonarios y figuras prominentes de Silicon Valley como Jeff Bezos y Peter Thiel, quienes también han destinado partes de sus fortunas a la investigación biotecnológica enfocada en el envejecimiento. No obstante, la viabilidad y sustentabilidad a largo plazo de métodos como los de Johnson continúan siendo punto de debate.
El régimen de Johnson evidencia un creciente interés en la longevidad y la búsqueda de la inmortalidad dentro de ciertos sectores tecnológicos y financieros. Aunque sus métodos son extremos y polémicos, reflejan una tendencia hacia la optimización de la salud y la edición de la biología humana.