Ciencia

Científicos diseñan experimento espacial para detectar materia oscura con partículas levitadas

Investigadores de la Universidad de Southampton buscan rastrear materia oscura en el espacio mediante un dispositivo innovador que levita láminas de grafito en microgravedad. Utilizando el satélite Jovian-1, la misión está programada para lanzarse en 2026 y durará dos años.

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Científicos diseñan experimento espacial para detectar materia oscura con partículas levitadas

Investigadores de la Universidad de Southampton buscan rastrear materia oscura en el espacio mediante un dispositivo innovador que levita láminas de grafito en microgravedad. Utilizando el satélite Jovian-1, la misión está programada para lanzarse en 2026 y durará dos años.

“Este experimento es único y podría ser el primer paso hacia la detección de materia oscura en el espacio”

– Sostuvo Tim Fuchs, físico de la Universidad de Southampton.

13/2/2025

La Universidad de Southampton lidera un proyecto que busca hallar indicios de materia oscura fuera del entorno terrestre, un desafío que hasta ahora no ha dado resultados en experimentos realizados en nuestro planeta. Utilizando una técnica innovadora, los científicos emplearán un dispositivo que levita láminas de grafito mediante imanes en condiciones de microgravedad, con la hipótesis de detectar movimientos mínimos inducidos por la interacción con partículas de materia oscura.

El experimento utilizará el satélite Jovian-1, cuyo tamaño es comparable al de una caja de zapatos, que portará el dispositivo de 1.5 kg especialmente diseñado para estas pruebas. El satélite será lanzado al espacio a principios de 2026 y permanecerá en órbita terrestre durante dos años, proporcionando el entorno de microgravedad ideal para que el experimento pueda desarrollarse sin la interferencia de fuerzas terrestres.

El principio detrás del dispositivo es su sensibilidad extrema a fuerzas ínfimas. Si existe una densidad suficiente de materia oscura en el área donde opere el satélite, el equipo científico espera que una interacción -apodada “brisa oscura”- haga que las partículas levitadas en el dispositivo se desplacen mínimamente. Este método tiene la ventaja de eludir las limitaciones que enfrentan los experimentos terrestres, donde la atmósfera o formaciones geológicas podrían bloquear o interferir con las señales de materia oscura.


La materia oscura, que constituye aproximadamente el 85% de la masa del universo, no puede ser detectada directamente porque no emite, absorbe ni refleja luz, por lo que su existencia solo puede inferirse a través de sus efectos gravitacionales en la materia visible. A nivel cósmico, la materia oscura es seis veces más abundante que la materia tradicional, una proporción que recalca su importancia en la configuración del universo. Sin embargo, su esquiva naturaleza ha planteado grandes retos a la ciencia.

En este contexto, Tim Fuchs, uno de los líderes del equipo, enfatizó que el diseño del experimento busca superar una de las principales limitaciones de investigaciones previas: “Este experimento es único y podría ser el primer paso hacia la detección de materia oscura en el espacio. Las teorías sugieren que la interacción de la materia oscura puede ser tan robusta que no atraviesa nuestra atmósfera o incluso masas como montañas, lo que podría explicar los resultados poco concluyentes en pruebas realizadas en la Tierra”.


Este proyecto representa un eslabón crucial en la comprensión de la dinámica y naturaleza de la materia oscura, que es esencial para descifrar cómo se estructuran galaxias y cúmulos galácticos. Tener acceso directo a datos en el espacio, un entorno menos intrusivo y más propicio para estas mediciones, podría finalmente arrojar respuestas a uno de los enigmas más persistentes de la cosmología moderna. El término "brisa oscura", utilizado para describir la interacción sustancial de la materia oscura con partículas comunes, visualiza un fenómeno que, de confirmarse, cambiaría profundamente nuestra comprensión de cómo fluye esta forma invisible de materia en el universo.

Algo Curioso

“Este experimento es único y podría ser el primer paso hacia la detección de materia oscura en el espacio”

– Sostuvo Tim Fuchs, físico de la Universidad de Southampton.

Feb 13, 2025
Colglobal News

La Universidad de Southampton lidera un proyecto que busca hallar indicios de materia oscura fuera del entorno terrestre, un desafío que hasta ahora no ha dado resultados en experimentos realizados en nuestro planeta. Utilizando una técnica innovadora, los científicos emplearán un dispositivo que levita láminas de grafito mediante imanes en condiciones de microgravedad, con la hipótesis de detectar movimientos mínimos inducidos por la interacción con partículas de materia oscura.

El experimento utilizará el satélite Jovian-1, cuyo tamaño es comparable al de una caja de zapatos, que portará el dispositivo de 1.5 kg especialmente diseñado para estas pruebas. El satélite será lanzado al espacio a principios de 2026 y permanecerá en órbita terrestre durante dos años, proporcionando el entorno de microgravedad ideal para que el experimento pueda desarrollarse sin la interferencia de fuerzas terrestres.

El principio detrás del dispositivo es su sensibilidad extrema a fuerzas ínfimas. Si existe una densidad suficiente de materia oscura en el área donde opere el satélite, el equipo científico espera que una interacción -apodada “brisa oscura”- haga que las partículas levitadas en el dispositivo se desplacen mínimamente. Este método tiene la ventaja de eludir las limitaciones que enfrentan los experimentos terrestres, donde la atmósfera o formaciones geológicas podrían bloquear o interferir con las señales de materia oscura.


La materia oscura, que constituye aproximadamente el 85% de la masa del universo, no puede ser detectada directamente porque no emite, absorbe ni refleja luz, por lo que su existencia solo puede inferirse a través de sus efectos gravitacionales en la materia visible. A nivel cósmico, la materia oscura es seis veces más abundante que la materia tradicional, una proporción que recalca su importancia en la configuración del universo. Sin embargo, su esquiva naturaleza ha planteado grandes retos a la ciencia.

En este contexto, Tim Fuchs, uno de los líderes del equipo, enfatizó que el diseño del experimento busca superar una de las principales limitaciones de investigaciones previas: “Este experimento es único y podría ser el primer paso hacia la detección de materia oscura en el espacio. Las teorías sugieren que la interacción de la materia oscura puede ser tan robusta que no atraviesa nuestra atmósfera o incluso masas como montañas, lo que podría explicar los resultados poco concluyentes en pruebas realizadas en la Tierra”.


Este proyecto representa un eslabón crucial en la comprensión de la dinámica y naturaleza de la materia oscura, que es esencial para descifrar cómo se estructuran galaxias y cúmulos galácticos. Tener acceso directo a datos en el espacio, un entorno menos intrusivo y más propicio para estas mediciones, podría finalmente arrojar respuestas a uno de los enigmas más persistentes de la cosmología moderna. El término "brisa oscura", utilizado para describir la interacción sustancial de la materia oscura con partículas comunes, visualiza un fenómeno que, de confirmarse, cambiaría profundamente nuestra comprensión de cómo fluye esta forma invisible de materia en el universo.

La Universidad de Southampton lidera un proyecto que busca hallar indicios de materia oscura fuera del entorno terrestre, un desafío que hasta ahora no ha dado resultados en experimentos realizados en nuestro planeta. Utilizando una técnica innovadora, los científicos emplearán un dispositivo que levita láminas de grafito mediante imanes en condiciones de microgravedad, con la hipótesis de detectar movimientos mínimos inducidos por la interacción con partículas de materia oscura.

El experimento utilizará el satélite Jovian-1, cuyo tamaño es comparable al de una caja de zapatos, que portará el dispositivo de 1.5 kg especialmente diseñado para estas pruebas. El satélite será lanzado al espacio a principios de 2026 y permanecerá en órbita terrestre durante dos años, proporcionando el entorno de microgravedad ideal para que el experimento pueda desarrollarse sin la interferencia de fuerzas terrestres.

El principio detrás del dispositivo es su sensibilidad extrema a fuerzas ínfimas. Si existe una densidad suficiente de materia oscura en el área donde opere el satélite, el equipo científico espera que una interacción -apodada “brisa oscura”- haga que las partículas levitadas en el dispositivo se desplacen mínimamente. Este método tiene la ventaja de eludir las limitaciones que enfrentan los experimentos terrestres, donde la atmósfera o formaciones geológicas podrían bloquear o interferir con las señales de materia oscura.


La materia oscura, que constituye aproximadamente el 85% de la masa del universo, no puede ser detectada directamente porque no emite, absorbe ni refleja luz, por lo que su existencia solo puede inferirse a través de sus efectos gravitacionales en la materia visible. A nivel cósmico, la materia oscura es seis veces más abundante que la materia tradicional, una proporción que recalca su importancia en la configuración del universo. Sin embargo, su esquiva naturaleza ha planteado grandes retos a la ciencia.

En este contexto, Tim Fuchs, uno de los líderes del equipo, enfatizó que el diseño del experimento busca superar una de las principales limitaciones de investigaciones previas: “Este experimento es único y podría ser el primer paso hacia la detección de materia oscura en el espacio. Las teorías sugieren que la interacción de la materia oscura puede ser tan robusta que no atraviesa nuestra atmósfera o incluso masas como montañas, lo que podría explicar los resultados poco concluyentes en pruebas realizadas en la Tierra”.


Este proyecto representa un eslabón crucial en la comprensión de la dinámica y naturaleza de la materia oscura, que es esencial para descifrar cómo se estructuran galaxias y cúmulos galácticos. Tener acceso directo a datos en el espacio, un entorno menos intrusivo y más propicio para estas mediciones, podría finalmente arrojar respuestas a uno de los enigmas más persistentes de la cosmología moderna. El término "brisa oscura", utilizado para describir la interacción sustancial de la materia oscura con partículas comunes, visualiza un fenómeno que, de confirmarse, cambiaría profundamente nuestra comprensión de cómo fluye esta forma invisible de materia en el universo.

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