La Universidad de Tufts ha tomado un sorprendente paso adelante en la ciencia de materiales con el desarrollo de una tecnología de lanzamiento de telarañas, inspirada en el icónico superhéroe Spider-Man. Esta innovadora tecnología utiliza una solución de fibroína de seda, obtenida de capullos de polillas de seda, que puede ser extruida a través de agujas de pequeño diámetro y se solidifica al instante al entrar en contacto con el aire.
El material base, la fibroína de seda, se obtiene hirviendo capullos de polillas de seda y descomponiéndolos en sus proteínas constitutivas. Este proceso da lugar a una solución que puede ser extruida para formar un chorro fluido que se solidifica rápidamente en contacto con el aire. La clave de la solidificación rápida está en la adición de dopamina, que acelera la transición de líquido a sólido al extraer agua de la fibroína. Cuando se dispara a través de una aguja coaxial, el chorro de solución de seda está rodeado por una capa de acetona que provoca la solidificación al evaporarse en el aire.
Las fibras generadas poseen propiedades notables:
- La resistencia a la tracción de las fibras puede incrementarse hasta 200 veces, gracias a la incorporación de quitosano, un derivado de los exoesqueletos de insectos.
- La adhesividad de estas fibras se incrementó en aproximadamente 18 veces al utilizar un tampón de borato.
- El diámetro de las fibras varía desde el grosor de un cabello humano hasta aproximadamente medio milímetro, dependiendo del diámetro de la aguja utilizada.
En cuanto a la capacidad de levantamiento, el dispositivo desarrollado puede levantar objetos que pesan más de 80 veces su propio peso. En pruebas, las fibras fueron capaces de levantar varios objetos, incluidos un capullo, un tornillo de acero, un tubo de laboratorio flotante en agua, un escalpelo parcialmente enterrado en arena y un bloque de madera desde una distancia de aproximadamente 12 centímetros.
Además, las pruebas demostraron que el sistema puede capturar objetos a distancias de hasta 30-35 centímetros y levantar objetos que pesan entre 15 y 20 gramos, mostrando su eficacia y potencial aplicación en diversas áreas.
El hallazgo se produjo de manera accidental cuando Marco Lo Presti, profesor asistente de investigación, observó la formación de un material similar a una telaraña mientras limpiaba su equipo con acetona. Este descubrimiento no solo resolvió varios desafíos de ingeniería para replicar hilos de araña, sino que también condujo a la creación de una nueva herramienta con múltiples aplicaciones potenciales.
La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista *Advanced Functional Materials*, subrayando la importancia y el impacto de este avance en el campo de la ingeniería de materiales. Este desarrollo tecnológico no solo representa un hito significativo, sino que abre la puerta a numerosas aplicaciones posibles, ya que la investigación continúa para mejorar y adaptar esta tecnología a usos específicos.
Aunque por ahora la tecnología no permite a los humanos balancearse entre edificios al estilo de Spider-Man, el avance representa una base prometedora para futuras investigaciones y aplicaciones técnicas.