La investigación, publicada en Nature Aging, evaluó el efecto de los fármacos rapamicina y trametinib, ambos empleados para tratar distintos tipos de cáncer, en la longevidad y la salud de ratones de laboratorio. El estudio consistió en la administración regular de estos medicamentos —por separado y en combinación— a varios cientos de ratones desde los seis meses de edad, controlando su supervivencia y varias características fisiológicas a lo largo de su vida.
Los resultados mostraron que la rapamicina incrementó la esperanza de vida entre un 17% y un 18%, mientras que el trametinib lo hizo entre un 7% y un 16%. La combinación de ambos fármacos produjo la extensión más significativa, aumentando la longevidad de los ratones en un rango del 26% al 35%. En las hembras, la esperanza de vida media creció un 34.9%, y la máxima un 32.4%. En los machos, estos incrementos fueron del 27.4% y 26.1%, respectivamente.
Más allá del aumento en la supervivencia, los ratones que recibieron el tratamiento combinado exhibieron menor desarrollo de tumores en hígado y bazo, así como una clara reducción de la inflamación relacionada con la edad en órganos como cerebro, riñones, bazo y músculos. Los animales tratados mantuvieron mayor actividad física avanzada la edad, menor peso corporal y una disminución más lenta de la función cardíaca en comparación con los grupos de control.
El estudio también determinó que los beneficios no se deben a una simple suma de dosis, sino a la acción conjunta sobre diferentes puntos de la vía de señalización Ras/Insulina/TOR. No se observaron efectos secundarios adicionales en el grupo tratado con ambos medicamentos, más allá de los conocidos al emplear cada uno por separado.
La investigación destaca la importancia de manipular diversas etapas del envejecimiento biológico para lograr mejoras sustanciales en la longevidad y calidad de vida, estableciendo un precedente relevante para futuros estudios en biomedicina y envejecimiento.