Un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos liderado por Julia Andersen, geofísica de la Universidad de Toronto, ha revelado un fenómeno notable en la meseta central de Anatolia, Turquía. En la región conocida como Konya Basin, la corteza terrestre está experimentando un proceso de goteo litosférico, un hundimiento lento de la corteza hacia el manto terrestre que está afectando la geología de la superficie.
El equipo de investigadores ha observado que este fenómeno se manifiesta a una tasa de hundimiento de aproximadamente 20 mm (0.8 pulgadas) por año. Como resultado de la liberación de material de la corteza hacia el manto terrestre en los últimos 10 millones de años, la altitud de la meseta central de Anatolia ha aumentado alrededor de 1 km (0.6 millas).
El mecanismo del goteo litosférico se explica mediante el calentamiento de la parte inferior de la corteza terrestre, que se vuelve más viscosa y comienza a descender hacia el manto. Este proceso es similar a un experimento de goteo de alquitrán y provoca que la corteza se hunda, creando depresiones en la superficie. Según los científicos, cuando el material se separa y se hunde en el manto, la superficie experimenta un efecto de rebote, lo que resulta en un levantamiento en otras áreas de la región.
El equipo realizó experimentos en laboratorio utilizando un modelo de plexiglás que simulaba las condiciones del manto terrestre. Para representar el manto, emplearon un polímero de silicona, mientras que una mezcla de arcilla y arena se utilizó para simular la corteza. Durante estos experimentos se observó que una gota inicial de material comenzó a descender en aproximadamente 10 horas y alcanzó el fondo del tanque en 50 horas. Posteriormente, una segunda gota comenzó a descender después de la primera, creando una depresión en la superficie que alcanzó una profundidad de 1.5 km.
Los análisis geofísicos realizados por los investigadores revelaron anomalías en la velocidad de las ondas sísmicas en el manto subyacente, lo cual indica la presencia de material denso. Asimismo, se identificó un espesor de corteza de alrededor de 40 km, con áreas que alcanzan hasta 44 km en los bordes del Konya Basin. Adicionalmente, se observó una depresión residual de 280 m en la topografía calculada sobre esta región.
Los resultados de esta investigación, publicados en Nature Communications, proporcionan una nueva comprensión sobre cómo la dinámica del manto puede influir en la formación de cuencas y el levantamiento de mesetas en sistemas orogénicos. Según Andersen, "nuestros hallazgos sugieren que el goteo litosférico es un proceso de múltiples etapas que puede estar vinculado a eventos tectónicos más amplios en la región."