Maria Branyas Morera, conocida por ser la persona más anciana del mundo, falleció a la edad de 117 años. Branyas nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, Estados Unidos, y se trasladó a España, donde residió durante la mayor parte de su vida. Su familia anunció su muerte, mencionando que falleció en su sueño de manera pacífica y sin dolor el pasado fin de semana.
Durante las últimas dos décadas, Branyas había vivido en la residencia de ancianos Santa Maria del Tura en Olot, Cataluña. A comienzos de este año, su condición fue reconocida oficialmente por Guinness World Records tras el fallecimiento de la monja francesa Lucile Randon, quien murió a los 118 años. En su último mensaje público, Branyas compartió que se sentía débil y que el final estaba cerca, pidiendo a sus seres queridos que no derramaran lágrimas por ella.

Branyas vivió una vida larga y llena de acontecimientos históricos significativos. Sobrevivió a la pandemia de gripe de 1918, las dos guerras mundiales y la guerra civil española. En 2020, contrajo COVID-19, pero logró recuperarse completamente a sus 113 años. Su longevidad asombraba a muchos, y su hija más joven, Rosa Moret, atribuía este increíble logro a la genética, destacando también que nunca había necesitado hospitalización ni había sufrido fracturas a lo largo de su vida.
En enero de 2023, al ser reconocida como la persona más anciana del mundo, Branyas explicó que atribuía su longevidad a una combinación de factores, incluyendo una vida ordenada, tranquilidad, buenas relaciones familiares, contacto con la naturaleza y una mentalidad positiva. A lo largo de su vida, tuvo tres hijos, 11 nietos y varios bisnietos.
El profesor Manel Esteller, que estudió su ADN, destacó la excelente salud mental y física de Branyas, indicando que no padecía enfermedades cardiovasculares comunes en personas de su edad, aunque tenía problemas de movilidad y audición. Su longevidad y buena salud fueron objeto de estudio y admiración a nivel mundial.
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Actualmente, el título de la persona más anciana del mundo pasa a Tomiko Itooka de Japón, quien nació el 23 de mayo de 1908 y tiene 116 años.
El récord de la persona más longeva jamás verificada sigue perteneciendo a Jeanne Louise Calment, quien falleció en 1997 a los 122 años y 164 días. La marca establecida por Calment sigue siendo un impresionante hito en los libros de récords.
El fallecimiento de Branyas Morera deja un legado de resiliencia y fortaleza humana a lo largo de más de un siglo de vida, habiendo sido testigo y sobreviviente de algunos de los eventos históricos más significativos del siglo XX y principios del XXI. Su vida es un testamento del increíble potencial de la longevidad humana cuando se combina una sólida genética con un estilo de vida saludable.
Branyas no solo fue un ejemplo en términos de edad, sino también en cómo vivir una vida plena. A lo largo de sus 117 años, acumuló una vasta experiencia y vivió innumerables momentos con su familia, dejando una huella importante en quienes tuvieron la fortuna de conocerla y compartir su vida con ella. Maria Branyas Morera no solo es recordada por su extraordinaria longevidad, sino también por su capacidad para adaptarse a los cambios enormes en la tecnología y la sociedad. Aprendió a utilizar las redes sociales a una edad avanzada, compartiendo sus reflexiones y experiencias a través de su cuenta de Twitter administrada por su familia.