Ciencia

Hallan la Piel de Reptil Fósil Más Antigua, Revelando Secretos de la Vida Terrestre

Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto en Oklahoma la piel fósil de reptil más antigua conocida, datada hace 290 millones de años. Este hallazgo proporciona una visión sin precedentes de la evolución de la vida terrestre y la adaptación de los animales al entorno terrestre.

Ciencia

Hallan la Piel de Reptil Fósil Más Antigua, Revelando Secretos de la Vida Terrestre

Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto en Oklahoma la piel fósil de reptil más antigua conocida, datada hace 290 millones de años. Este hallazgo proporciona una visión sin precedentes de la evolución de la vida terrestre y la adaptación de los animales al entorno terrestre.

"Este descubrimiento nos permite asomarnos al pasado y entender mejor a estos animales pioneros"

- Ethan Mooney, paleontólogo de la Universidad de Toronto.

11/1/2024

El reciente descubrimiento de piel fósil de reptil en Oklahoma ha marcado un hito en la paleontología, proporcionando la evidencia más antigua de piel de amniotes, un grupo que incluye aves, reptiles y mamíferos. Este hallazgo, que data de hace aproximadamente 289 millones de años, es 21 millones de años más antiguo que el registro anterior. Los investigadores creen que la piel probablemente pertenecía a un pequeño animal similar a un lagarto conocido como Captorhinus aguti, según un estudio publicado en la revista Current Biology.

Lo que hace especial a este descubrimiento no es solo su antigüedad, sino que se trata de una capa real de piel fosilizada en 3D. Los científicos pudieron examinar una sección transversal de la piel, donde se distinguieron claramente las capas de epidermis y dermis. La epidermis incluye tejido córneo, las capas superiores de células epidérmicas que actúan como una barrera resistente entre el interior y el exterior.

Este hallazgo fue posible gracias a Bill y Julie May, quienes durante años han examinado material de una cantera de piedra caliza en Richards Spur, un sistema de cuevas en Oklahoma conocido por sus fósiles de C. aguti. La colaboración de los May con Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto Mississauga en Canadá, ha sido fundamental en este descubrimiento. El espécimen es oscuro, casi negro, debido a que el petróleo se filtraba activamente en la cueva mientras la piel se fosilizaba, lo que resultó en una "permeación y encapsulación total" de los materiales orgánicos con hidrocarburos.

La piel es un órgano esencial para los animales terrestres, proporcionando una barrera protectora contra temperaturas extremas, radiación ultravioleta y deshidratación. Sin embargo, debido a su naturaleza perecedera, es raro encontrar piel fosilizada en el registro fósil. Este descubrimiento ofrece una ventana excepcional a la evolución de este grupo de animales y su adaptación a la vida en tierra.

Algo Curioso
A pesar de que la piel es un tejido que se descompone rápidamente después de la muerte, este descubrimiento demuestra que, bajo condiciones excepcionales, incluso los tejidos blandos pueden preservarse durante millones de años, ofreciendo una ventana única al pasado.

Una Ventana al Pasado: Entendiendo la Evolución de la Piel en los Primeros Amniotes

El análisis de los fragmentos de piel revela una textura arrugada y granulada, similar a la piel de los cocodrilos actuales. La región de bisagra entre las escamas sugiere una estructura similar a la de los reptiles modernos, como las serpientes y los lagartos gusanos. Esta piel fosilizada no solo es notable por su antigüedad, sino también por incluir estructuras asociadas con la capa dérmica más profunda, un hallazgo raro en el registro fósil.

La preservación excepcional de esta piel se atribuye a las condiciones únicas del sistema de cuevas de Richards Spur en Oklahoma. Durante el período Pérmico, este lugar era un activo manantial de petróleo; los hidrocarburos presentes en el petróleo y el alquitrán que impregnaban el sedimento ayudaron a preservar los tejidos. Este sitio es conocido por su rica y diversa asamblea de tetrapodos tempranos, incluyendo algunos de los amniotes más antiguos conocidos.

El descubrimiento de la piel fosilizada proporciona una nueva herramienta para interpretar el desarrollo y la aparición de folículos pilosos en mamíferos y plumas en aves. Los primeros mamíferos aparecen en el registro fósil hace unos 225 millones de años, y las aves alrededor de 150 millones de años atrás. Por lo tanto, este animal misterioso podría ser una pista sobre el desarrollo de nuestras propias pieles.

La piel fosilizada también ofrece una visión única de cómo los primeros animales terrestres se adaptaron a su nuevo entorno. La piel, que actúa como una barrera protectora, fue una de las adaptaciones clave que permitieron a los animales adoptar una vida completamente terrestre. Esta piel fosilizada es un testimonio de la complejidad y sofisticación de la vida en la Tierra hace casi 300 millones de años.

Adaptación y Evolución: La Importancia de la Piel en la Conquista Terrestre

La investigación sobre la piel fosilizada no solo arroja luz sobre la evolución de los amniotes, sino que también proporciona información valiosa sobre las condiciones ambientales de la época. Los científicos sugieren que el animal al que pertenecía esta piel vivía en un entorno tropical con un clima tipo monzón. La estructura de la piel, con sus escamas queratinizadas y su diseño impermeable, era esencial para sobrevivir en un hábitat terrestre, protegiendo al animal de la deshidratación y de los elementos externos.

Este descubrimiento también plantea preguntas sobre la diversidad y la complejidad de la vida durante el período Pérmico. La presencia de una piel tan bien conservada sugiere que los procesos de fosilización pueden haber sido más variados y eficientes de lo que se pensaba anteriormente. Además, el hallazgo desafía nuestra comprensión de la preservación de tejidos blandos en el registro fósil, abriendo la puerta a futuros descubrimientos que podrían cambiar radicalmente nuestra percepción de la vida prehistórica.

El estudio de la piel fosilizada no solo es importante para entender la evolución de los reptiles y otros amniotes, sino que también ofrece pistas sobre cómo las adaptaciones a diferentes entornos han moldeado la evolución de la vida en nuestro planeta. Este descubrimiento es un recordatorio de que, incluso en los fragmentos más pequeños de nuestro pasado geológico, pueden encontrarse secretos que revelan los misterios de la vida antigua.

Fuentes

Current Biology | Nature | ScienceAlert | Science.org | EL PAÍS

"Este descubrimiento nos permite asomarnos al pasado y entender mejor a estos animales pioneros"

- Ethan Mooney, paleontólogo de la Universidad de Toronto.

Jan 11, 2024
Colglobal News

El reciente descubrimiento de piel fósil de reptil en Oklahoma ha marcado un hito en la paleontología, proporcionando la evidencia más antigua de piel de amniotes, un grupo que incluye aves, reptiles y mamíferos. Este hallazgo, que data de hace aproximadamente 289 millones de años, es 21 millones de años más antiguo que el registro anterior. Los investigadores creen que la piel probablemente pertenecía a un pequeño animal similar a un lagarto conocido como Captorhinus aguti, según un estudio publicado en la revista Current Biology.

Lo que hace especial a este descubrimiento no es solo su antigüedad, sino que se trata de una capa real de piel fosilizada en 3D. Los científicos pudieron examinar una sección transversal de la piel, donde se distinguieron claramente las capas de epidermis y dermis. La epidermis incluye tejido córneo, las capas superiores de células epidérmicas que actúan como una barrera resistente entre el interior y el exterior.

Este hallazgo fue posible gracias a Bill y Julie May, quienes durante años han examinado material de una cantera de piedra caliza en Richards Spur, un sistema de cuevas en Oklahoma conocido por sus fósiles de C. aguti. La colaboración de los May con Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto Mississauga en Canadá, ha sido fundamental en este descubrimiento. El espécimen es oscuro, casi negro, debido a que el petróleo se filtraba activamente en la cueva mientras la piel se fosilizaba, lo que resultó en una "permeación y encapsulación total" de los materiales orgánicos con hidrocarburos.

La piel es un órgano esencial para los animales terrestres, proporcionando una barrera protectora contra temperaturas extremas, radiación ultravioleta y deshidratación. Sin embargo, debido a su naturaleza perecedera, es raro encontrar piel fosilizada en el registro fósil. Este descubrimiento ofrece una ventana excepcional a la evolución de este grupo de animales y su adaptación a la vida en tierra.

El reciente descubrimiento de piel fósil de reptil en Oklahoma ha marcado un hito en la paleontología, proporcionando la evidencia más antigua de piel de amniotes, un grupo que incluye aves, reptiles y mamíferos. Este hallazgo, que data de hace aproximadamente 289 millones de años, es 21 millones de años más antiguo que el registro anterior. Los investigadores creen que la piel probablemente pertenecía a un pequeño animal similar a un lagarto conocido como Captorhinus aguti, según un estudio publicado en la revista Current Biology.

Lo que hace especial a este descubrimiento no es solo su antigüedad, sino que se trata de una capa real de piel fosilizada en 3D. Los científicos pudieron examinar una sección transversal de la piel, donde se distinguieron claramente las capas de epidermis y dermis. La epidermis incluye tejido córneo, las capas superiores de células epidérmicas que actúan como una barrera resistente entre el interior y el exterior.

Este hallazgo fue posible gracias a Bill y Julie May, quienes durante años han examinado material de una cantera de piedra caliza en Richards Spur, un sistema de cuevas en Oklahoma conocido por sus fósiles de C. aguti. La colaboración de los May con Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto Mississauga en Canadá, ha sido fundamental en este descubrimiento. El espécimen es oscuro, casi negro, debido a que el petróleo se filtraba activamente en la cueva mientras la piel se fosilizaba, lo que resultó en una "permeación y encapsulación total" de los materiales orgánicos con hidrocarburos.

La piel es un órgano esencial para los animales terrestres, proporcionando una barrera protectora contra temperaturas extremas, radiación ultravioleta y deshidratación. Sin embargo, debido a su naturaleza perecedera, es raro encontrar piel fosilizada en el registro fósil. Este descubrimiento ofrece una ventana excepcional a la evolución de este grupo de animales y su adaptación a la vida en tierra.

Algo Curioso
A pesar de que la piel es un tejido que se descompone rápidamente después de la muerte, este descubrimiento demuestra que, bajo condiciones excepcionales, incluso los tejidos blandos pueden preservarse durante millones de años, ofreciendo una ventana única al pasado.

Una Ventana al Pasado: Entendiendo la Evolución de la Piel en los Primeros Amniotes

El análisis de los fragmentos de piel revela una textura arrugada y granulada, similar a la piel de los cocodrilos actuales. La región de bisagra entre las escamas sugiere una estructura similar a la de los reptiles modernos, como las serpientes y los lagartos gusanos. Esta piel fosilizada no solo es notable por su antigüedad, sino también por incluir estructuras asociadas con la capa dérmica más profunda, un hallazgo raro en el registro fósil.

La preservación excepcional de esta piel se atribuye a las condiciones únicas del sistema de cuevas de Richards Spur en Oklahoma. Durante el período Pérmico, este lugar era un activo manantial de petróleo; los hidrocarburos presentes en el petróleo y el alquitrán que impregnaban el sedimento ayudaron a preservar los tejidos. Este sitio es conocido por su rica y diversa asamblea de tetrapodos tempranos, incluyendo algunos de los amniotes más antiguos conocidos.

El descubrimiento de la piel fosilizada proporciona una nueva herramienta para interpretar el desarrollo y la aparición de folículos pilosos en mamíferos y plumas en aves. Los primeros mamíferos aparecen en el registro fósil hace unos 225 millones de años, y las aves alrededor de 150 millones de años atrás. Por lo tanto, este animal misterioso podría ser una pista sobre el desarrollo de nuestras propias pieles.

La piel fosilizada también ofrece una visión única de cómo los primeros animales terrestres se adaptaron a su nuevo entorno. La piel, que actúa como una barrera protectora, fue una de las adaptaciones clave que permitieron a los animales adoptar una vida completamente terrestre. Esta piel fosilizada es un testimonio de la complejidad y sofisticación de la vida en la Tierra hace casi 300 millones de años.

Adaptación y Evolución: La Importancia de la Piel en la Conquista Terrestre

La investigación sobre la piel fosilizada no solo arroja luz sobre la evolución de los amniotes, sino que también proporciona información valiosa sobre las condiciones ambientales de la época. Los científicos sugieren que el animal al que pertenecía esta piel vivía en un entorno tropical con un clima tipo monzón. La estructura de la piel, con sus escamas queratinizadas y su diseño impermeable, era esencial para sobrevivir en un hábitat terrestre, protegiendo al animal de la deshidratación y de los elementos externos.

Este descubrimiento también plantea preguntas sobre la diversidad y la complejidad de la vida durante el período Pérmico. La presencia de una piel tan bien conservada sugiere que los procesos de fosilización pueden haber sido más variados y eficientes de lo que se pensaba anteriormente. Además, el hallazgo desafía nuestra comprensión de la preservación de tejidos blandos en el registro fósil, abriendo la puerta a futuros descubrimientos que podrían cambiar radicalmente nuestra percepción de la vida prehistórica.

El estudio de la piel fosilizada no solo es importante para entender la evolución de los reptiles y otros amniotes, sino que también ofrece pistas sobre cómo las adaptaciones a diferentes entornos han moldeado la evolución de la vida en nuestro planeta. Este descubrimiento es un recordatorio de que, incluso en los fragmentos más pequeños de nuestro pasado geológico, pueden encontrarse secretos que revelan los misterios de la vida antigua.

Fuentes

Current Biology | Nature | ScienceAlert | Science.org | EL PAÍS

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