La investigación, titulada "Reverdecimiento sostenido de la Península Antártica observado desde satélites", muestra un aumento considerable en la vegetación de la Península Antártica en los últimos 35 años. Según el estudio, el área vegetada pasó de 0.86 km² (0.33 millas cuadradas) en 1986 a 11.95 km² (4.61 millas cuadradas) en 2021. Este incremento de más de 10 veces en la cobertura vegetal ha sido monitoreado utilizando datos de satélite de los Landsat 5 a Landsat 8.

Los investigadores Thomas Roland, de la Universidad de Exeter, y Olly Bartlett, de la Universidad de Hertfordshire, co-dirigieron este estudio que utilizó el Índice de Diferencia Normalizada de Vegetación (NDVI) como herramienta principal para medir la expansión de la vegetación. Los resultados indicaron que al tener un NDVI superior a 0.2, se confirma casi con certeza la presencia de vegetación. La cobertura vegetal ha aumentado de 0.863 km² en 1986 a 11.947 km² en 2021, con una tasa de cambio acelerada en los años recientes.

El aumento en la vegetación puede estar relacionado con el calentamiento de la región, que se ha estado incrementando a un ritmo de 0.34 °C por década, y se espera que esta tendencia continúe hasta 2100. Además, más del 90% de los glaciares de la Península Antártica han perdido masa desde la década de 1940, lo que pone de relieve la significativa transformación climática en la región.

Las especies pioneras como musgos y líquenes son las primeras en colonizar el área, adaptándose a superficies de roca desnuda y baja nutrición, creando un sustrato que permite la llegada de otras plantas. Este proceso de colonización está siendo impulsado por las emisiones de carbono, lo que ha contribuido a un cambio ecológico significativo en la región.

Otra observación crucial del estudio es el aceleramiento de la tasa de cambio en la cobertura vegetal en los últimos años. Entre 2016 y 2021, la expansión fue de 0.424 km² por año, en comparación con 0.317 km² por año durante todo el período de estudio de 1986 a 2021.

El turismo y otras actividades humanas también han facilitado la introducción de especies no nativas, lo que podría poner en riesgo la biodiversidad nativa de la Península Antártica. Las capacidades de procesamiento en la nube de la plataforma Google Earth Engine fueron aplicadas para analizar los índices de vegetación, utilizando imágenes de alta resolución para validar los hallazgos.
En conclusión, el estudio resalta un cambio significativo en la vegetación de la Antártida, subrayando las implicaciones para la ecología de la región y las respuestas al cambio climático.