La Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC), crucial para la regulación del clima global, está al borde de un colapso que podría precipitar una era de cambios climáticos extremos. Según estudios recientes, este sistema de corrientes que transporta agua cálida desde el hemisferio sur hacia el norte, está mostrando signos de debilitamiento acelerado debido al aumento de las temperaturas globales y la fusión acelerada de los glaciares. Este debilitamiento podría llevar al sistema a un punto de no retorno, con consecuencias catastróficas.
El estudio, publicado en Science Advances, introduce una señal de alerta temprana basada en física que indica una disminución crítica en el transporte de agua dulce en el extremo sur del Atlántico. Esta señal sugiere que la AMOC podría alcanzar su punto crítico en cuestión de décadas, desencadenando un cambio climático abrupto y severo.
Los científicos han observado que la AMOC se ha debilitado de manera constante desde mediados del siglo XX, y ahora está en su estado más débil en más de un milenio. Este debilitamiento afecta la capacidad del sistema para transportar calor hacia el norte, lo que podría resultar en inviernos más fríos y veranos más cortos en Europa y América del Norte, alterando significativamente los patrones climáticos y ecosistemas.
Los impactos de un colapso de la AMOC no se limitarían al clima; también tendrían efectos devastadores en la biodiversidad y en las temporadas de crecimiento de los cultivos, complicando aún más la seguridad alimentaria global y aumentando los eventos meteorológicos extremos.
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