En un artículo publicado en Science Advances el 9 de octubre de 2024, científicos de Weill Cornell Medicine, The Rockefeller University y el Icahn School of Medicine at Mount Sinai han presentado una novedosa tecnología de terapia génica que usa campos magnéticos para controlar circuitos cerebrales. Este innovador enfoque, probado en modelos de ratones, elimina la necesidad de dispositivos implantados y podría revolucionar el tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos, incluyendo la enfermedad de Parkinson, la depresión, la obesidad y el dolor crónico.
La tecnología emplea un canal iónico modificado, que actúa como un interruptor para activar o desactivar neuronas específicas. Este canal se sensibiliza a un campo magnético por la incorporación de una proteína similar a un anticuerpo que se adhiere a la ferritina, una proteína captadora de hierro. La terapia génica se introduce a las regiones específicas del cerebro a través de una cirugía mínimamente invasiva, y un campo magnético adecuadamente fuerte puede abrir o cerrar estos canales, controlando la actividad neuronal.
En la primera serie de experimentos, se inyectó la terapia génica en neuronas del estriado, área del cerebro responsable del movimiento. Posteriormente, al activar el campo magnético de un escáner de resonancia magnética (MRI), los movimientos de los ratones se ralentizaron significativamente e incluso se congelaron. En un experimento adicional, la actividad neuronal en el núcleo subtalámico se redujo, mejorando las anomalías de movimiento en un modelo de ratón con enfermedad de Parkinson. Este resultado indica una posible aplicación para el tratamiento de esta enfermedad en humanos.
La efectividad de la tecnología también se demostró utilizando un dispositivo de estimulación magnética transcraneal (TMS), más pequeño y menos costoso que un MRI. El TMS es una herramienta común para tratar trastornos como la depresión y otros, lo que sugiere que esta técnica podría ser accesible y aplicable en entornos clínicos.
En cuanto a la seguridad, los investigadores no encontraron problemas significativos en los experimentos realizados. Asimismo, señalaron que los campos magnéticos normales del ambiente son demasiado débiles para activar los interruptores magnetogenéticos de manera inadvertida, añadiendo una capa de seguridad a este tratamiento. El equipo de investigación planea expandir los estudios para explorar aplicaciones clínicas potenciales, que incluyen el tratamiento de trastornos psiquiátricos y el dolor crónico en nervios periféricos.
Este proyecto ha sido financiado por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Stroke y la Oficina del Director de los NIH, a través de las subvenciones R01NS097184, OT2OD024912 y la Fundación JPB, lo que refleja un fuerte respaldo institucional y financiero. El estudio, titulado "Bidirectional regulation of motor circuits using magnetogenetic gene therapy", liderado por Santiago R. Unda y sus colegas, ha sido catalogado como un avance significativo que podría abrir nuevas avenidas de tratamiento para enfermedades neurológicas.
Referencia:
- Estudio: "Bidirectional regulation of motor circuits using magnetogenetic gene therapy"
- Autores: Santiago R. Unda et al.
- DOI: [10.1126/sciadv.adp9150]