Ciencia

La administración Trump paraliza áreas clave de la investigación científica pese a una sentencia judicial

Mediante la suspensión de anuncios de reuniones de revisión de subvenciones, fundamentales para el financiamiento del Instituto Nacional de Salud (NIH), la administración Trump ha detenido proyectos relacionados con enfermedades trascendentales, lo que contraviene una orden judicial federal. Este bloqueo ha afectado a la funcionalidad de numerosos laboratorios e instituciones académicas.

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La administración Trump paraliza áreas clave de la investigación científica pese a una sentencia judicial

Mediante la suspensión de anuncios de reuniones de revisión de subvenciones, fundamentales para el financiamiento del Instituto Nacional de Salud (NIH), la administración Trump ha detenido proyectos relacionados con enfermedades trascendentales, lo que contraviene una orden judicial federal. Este bloqueo ha afectado a la funcionalidad de numerosos laboratorios e instituciones académicas.

“Esta crisis —y no exagero al llamarla crisis— ya ha consumido un ciclo de financiación.”

– Carole LaBonne, bióloga de la Universidad Northwestern.

2/3/2025

La administración Trump ha implementado una paralización en las actividades del Instituto Nacional de Salud (NIH), entidad que anualmente distribuye alrededor de 47 mil millones de dólares en subvenciones para investigación biomédica, afectando investigaciones en enfermedades como el cáncer, Alzheimer y las dolencias cardíacas, entre otras. Este bloqueo, derivado de medidas administrativas para suspender reuniones de revisión de subvenciones, desafía una orden judicial que mandataba liberar estos fondos a tiempo.

De acuerdo con documentos internos y correos electrónicos revisados, la suspensión, introducida el 21 de enero de 2023 luego de la asunción del presidente Trump al cargo, se basó en normativas de 1972 que exigen publicar los anuncios de reuniones en el Registro Federal con al menos 15 días de antelación. Sin embargo, estos avisos dejaron de actualizarse, paralizando efectivamente 42 de las 47 reuniones programadas esta semana para revisar nuevas propuestas de investigación. Solo las reuniones anunciadas antes de esta pausa en las comunicaciones pudieron celebrarse.

El impacto se ha sentido en diferentes niveles del ecosistema de la investigación científica. Instituciones reconocidas como la Universidad de Columbia, Vanderbilt y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ya han implementado medidas como la congelación de contrataciones o reevaluaciones de proyectos. Más significativamente, laboratorios como el dirigido por Vaughn Cooper en la Universidad de Pittsburgh tienen proyectos suspendidos indefinidamente, a pesar de haberse aprobado preliminarmente en evaluaciones iniciales hace meses.

Diversos científicos y exfuncionarios del NIH afirman que esta decisión de paralizar los avisos, interpretada como una táctica de desafío hacia las órdenes judiciales, está bloqueando los mecanismos normales por los cuales la agencia financia y evalúa propuestas. Jeremy Berg, anterior director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales, afirmó que se está "bloqueando el proceso, simplemente por medios administrativos y legales, en lugar de ordenar al personal no otorgar subvenciones."

El NIH, el mayor donante público del mundo para investigaciones biomédicas, genera "decenas de miles de millones de dólares en actividades económicas anuales adicionales". Algunos expertos temen consecuencias importantes si los fondos asignados por el Congreso no se gastan antes de septiembre, cuando cierra el año fiscal estadounidense, lo que podría resultar en la pérdida de estos recursos.

La medida ha afectado gravemente a los investigadores que dependen directamente de las subvenciones del NIH. Katie Witkiewitz, de la Universidad de Nuevo México, especialista en tratamientos para trastornos de consumo de sustancias, anticipa el despido de personal en breve debido al vacío en los fondos. Otros científicos advierten que estos retrasos, si no se corrigen, pueden detener por completo hasta dos ciclos de financiación anual, con consecuencias devastadoras para el progreso científico del país.

Adicionalmente, desde la asunción de Trump, el NIH afronta otros desafíos, como el intento preexistente de recortar costos administrativos y la eliminación de 1.200 puestos de la agencia, particularmente en sectores relacionados con la gestión de subvenciones. Esto ha exacerbado las dificultades ya existentes dentro del instituto.

En un correo del 10 de febrero enviado al personal, la dirección del NIH confirmó que no se ha autorizado el levantamiento de la suspensión de anuncios oficiales, lo que perpetúa la cancelación de reuniones. Para complicar más el panorama, ciertas secciones de las reuniones de revisión, anteriormente abiertas al público, ahora están cerradas, y los avisos también carecen de publicación.

Esta situación, que afecta tanto a los avances científicos como a los sectores económicos dependientes de ellos, podría convertirse en una crisis de mayores proporciones si no se toman medidas correctivas a corto plazo. Carole LaBonne, investigadora destacada en la biología de células madre, advirtió: “Si este bloqueo a la publicación en el registro continúa por mucho más tiempo, se tragará dos ciclos de financiación, y eso dejará a muchos laboratorios fuera de servicio."

El NIH, desde su fundación en 1887, ha sido el principal motor del desarrollo científico médico en los Estados Unidos y su presupuesto anual de 47 mil millones de dólares lo posiciona como el financista más grande del mundo en este campo.

Algo Curioso

“Esta crisis —y no exagero al llamarla crisis— ya ha consumido un ciclo de financiación.”

– Carole LaBonne, bióloga de la Universidad Northwestern.

Mar 2, 2025
Colglobal News

La administración Trump ha implementado una paralización en las actividades del Instituto Nacional de Salud (NIH), entidad que anualmente distribuye alrededor de 47 mil millones de dólares en subvenciones para investigación biomédica, afectando investigaciones en enfermedades como el cáncer, Alzheimer y las dolencias cardíacas, entre otras. Este bloqueo, derivado de medidas administrativas para suspender reuniones de revisión de subvenciones, desafía una orden judicial que mandataba liberar estos fondos a tiempo.

De acuerdo con documentos internos y correos electrónicos revisados, la suspensión, introducida el 21 de enero de 2023 luego de la asunción del presidente Trump al cargo, se basó en normativas de 1972 que exigen publicar los anuncios de reuniones en el Registro Federal con al menos 15 días de antelación. Sin embargo, estos avisos dejaron de actualizarse, paralizando efectivamente 42 de las 47 reuniones programadas esta semana para revisar nuevas propuestas de investigación. Solo las reuniones anunciadas antes de esta pausa en las comunicaciones pudieron celebrarse.

El impacto se ha sentido en diferentes niveles del ecosistema de la investigación científica. Instituciones reconocidas como la Universidad de Columbia, Vanderbilt y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ya han implementado medidas como la congelación de contrataciones o reevaluaciones de proyectos. Más significativamente, laboratorios como el dirigido por Vaughn Cooper en la Universidad de Pittsburgh tienen proyectos suspendidos indefinidamente, a pesar de haberse aprobado preliminarmente en evaluaciones iniciales hace meses.

Diversos científicos y exfuncionarios del NIH afirman que esta decisión de paralizar los avisos, interpretada como una táctica de desafío hacia las órdenes judiciales, está bloqueando los mecanismos normales por los cuales la agencia financia y evalúa propuestas. Jeremy Berg, anterior director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales, afirmó que se está "bloqueando el proceso, simplemente por medios administrativos y legales, en lugar de ordenar al personal no otorgar subvenciones."

El NIH, el mayor donante público del mundo para investigaciones biomédicas, genera "decenas de miles de millones de dólares en actividades económicas anuales adicionales". Algunos expertos temen consecuencias importantes si los fondos asignados por el Congreso no se gastan antes de septiembre, cuando cierra el año fiscal estadounidense, lo que podría resultar en la pérdida de estos recursos.

La medida ha afectado gravemente a los investigadores que dependen directamente de las subvenciones del NIH. Katie Witkiewitz, de la Universidad de Nuevo México, especialista en tratamientos para trastornos de consumo de sustancias, anticipa el despido de personal en breve debido al vacío en los fondos. Otros científicos advierten que estos retrasos, si no se corrigen, pueden detener por completo hasta dos ciclos de financiación anual, con consecuencias devastadoras para el progreso científico del país.

Adicionalmente, desde la asunción de Trump, el NIH afronta otros desafíos, como el intento preexistente de recortar costos administrativos y la eliminación de 1.200 puestos de la agencia, particularmente en sectores relacionados con la gestión de subvenciones. Esto ha exacerbado las dificultades ya existentes dentro del instituto.

En un correo del 10 de febrero enviado al personal, la dirección del NIH confirmó que no se ha autorizado el levantamiento de la suspensión de anuncios oficiales, lo que perpetúa la cancelación de reuniones. Para complicar más el panorama, ciertas secciones de las reuniones de revisión, anteriormente abiertas al público, ahora están cerradas, y los avisos también carecen de publicación.

Esta situación, que afecta tanto a los avances científicos como a los sectores económicos dependientes de ellos, podría convertirse en una crisis de mayores proporciones si no se toman medidas correctivas a corto plazo. Carole LaBonne, investigadora destacada en la biología de células madre, advirtió: “Si este bloqueo a la publicación en el registro continúa por mucho más tiempo, se tragará dos ciclos de financiación, y eso dejará a muchos laboratorios fuera de servicio."

El NIH, desde su fundación en 1887, ha sido el principal motor del desarrollo científico médico en los Estados Unidos y su presupuesto anual de 47 mil millones de dólares lo posiciona como el financista más grande del mundo en este campo.

La administración Trump ha implementado una paralización en las actividades del Instituto Nacional de Salud (NIH), entidad que anualmente distribuye alrededor de 47 mil millones de dólares en subvenciones para investigación biomédica, afectando investigaciones en enfermedades como el cáncer, Alzheimer y las dolencias cardíacas, entre otras. Este bloqueo, derivado de medidas administrativas para suspender reuniones de revisión de subvenciones, desafía una orden judicial que mandataba liberar estos fondos a tiempo.

De acuerdo con documentos internos y correos electrónicos revisados, la suspensión, introducida el 21 de enero de 2023 luego de la asunción del presidente Trump al cargo, se basó en normativas de 1972 que exigen publicar los anuncios de reuniones en el Registro Federal con al menos 15 días de antelación. Sin embargo, estos avisos dejaron de actualizarse, paralizando efectivamente 42 de las 47 reuniones programadas esta semana para revisar nuevas propuestas de investigación. Solo las reuniones anunciadas antes de esta pausa en las comunicaciones pudieron celebrarse.

El impacto se ha sentido en diferentes niveles del ecosistema de la investigación científica. Instituciones reconocidas como la Universidad de Columbia, Vanderbilt y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ya han implementado medidas como la congelación de contrataciones o reevaluaciones de proyectos. Más significativamente, laboratorios como el dirigido por Vaughn Cooper en la Universidad de Pittsburgh tienen proyectos suspendidos indefinidamente, a pesar de haberse aprobado preliminarmente en evaluaciones iniciales hace meses.

Diversos científicos y exfuncionarios del NIH afirman que esta decisión de paralizar los avisos, interpretada como una táctica de desafío hacia las órdenes judiciales, está bloqueando los mecanismos normales por los cuales la agencia financia y evalúa propuestas. Jeremy Berg, anterior director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales, afirmó que se está "bloqueando el proceso, simplemente por medios administrativos y legales, en lugar de ordenar al personal no otorgar subvenciones."

El NIH, el mayor donante público del mundo para investigaciones biomédicas, genera "decenas de miles de millones de dólares en actividades económicas anuales adicionales". Algunos expertos temen consecuencias importantes si los fondos asignados por el Congreso no se gastan antes de septiembre, cuando cierra el año fiscal estadounidense, lo que podría resultar en la pérdida de estos recursos.

La medida ha afectado gravemente a los investigadores que dependen directamente de las subvenciones del NIH. Katie Witkiewitz, de la Universidad de Nuevo México, especialista en tratamientos para trastornos de consumo de sustancias, anticipa el despido de personal en breve debido al vacío en los fondos. Otros científicos advierten que estos retrasos, si no se corrigen, pueden detener por completo hasta dos ciclos de financiación anual, con consecuencias devastadoras para el progreso científico del país.

Adicionalmente, desde la asunción de Trump, el NIH afronta otros desafíos, como el intento preexistente de recortar costos administrativos y la eliminación de 1.200 puestos de la agencia, particularmente en sectores relacionados con la gestión de subvenciones. Esto ha exacerbado las dificultades ya existentes dentro del instituto.

En un correo del 10 de febrero enviado al personal, la dirección del NIH confirmó que no se ha autorizado el levantamiento de la suspensión de anuncios oficiales, lo que perpetúa la cancelación de reuniones. Para complicar más el panorama, ciertas secciones de las reuniones de revisión, anteriormente abiertas al público, ahora están cerradas, y los avisos también carecen de publicación.

Esta situación, que afecta tanto a los avances científicos como a los sectores económicos dependientes de ellos, podría convertirse en una crisis de mayores proporciones si no se toman medidas correctivas a corto plazo. Carole LaBonne, investigadora destacada en la biología de células madre, advirtió: “Si este bloqueo a la publicación en el registro continúa por mucho más tiempo, se tragará dos ciclos de financiación, y eso dejará a muchos laboratorios fuera de servicio."

El NIH, desde su fundación en 1887, ha sido el principal motor del desarrollo científico médico en los Estados Unidos y su presupuesto anual de 47 mil millones de dólares lo posiciona como el financista más grande del mundo en este campo.

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