Ciencia

La extinción de los neandertales podría estar ligada a una crisis genética de hace 100.000 años

Un estudio publicado en Nature Communications revela que un "cuello de botella" genético ocurrido hace 100,000 años redujo drásticamente la diversidad genética de los neandertales, afectando su adaptabilidad y posiblemente contribuyendo a su eventual desaparición hace 40,000 años.

Ciencia

La extinción de los neandertales podría estar ligada a una crisis genética de hace 100.000 años

Un estudio publicado en Nature Communications revela que un "cuello de botella" genético ocurrido hace 100,000 años redujo drásticamente la diversidad genética de los neandertales, afectando su adaptabilidad y posiblemente contribuyendo a su eventual desaparición hace 40,000 años.

“Comprender la desaparición de los neandertales es clave para entender nuestra propia historia evolutiva”

– Señalaron los autores del estudio.

2/3/2025

La extinción de los neandertales, una especie humana que habitó gran parte de Europa y Asia occidental hasta hace aproximadamente 40,000 años, ha intrigado a científicos durante décadas. Un reciente estudio internacional, publicado en la revista Nature Communications, arroja nueva luz sobre uno de los posibles factores que contribuyeron a su desaparición: una crisis genética que ocurrió hace más de 100,000 años.

El análisis del equipo investigador identificó un "cuello de botella" genético, término que se refiere a una drástica disminución en la diversidad genética de una población. Este evento, que data de hace aproximadamente 100,000 años, podría estar asociado con cambios en la morfología de los canales semicirculares del oído interno, una estructura anatómica influenciada por la genética. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon tanto datos genéticos como el análisis minucioso de fósiles.

En el estudio fueron examinados fósiles de distintas épocas y localizaciones geográficas. Entre ellos destacan restos hallados en el sitio croata de Krapina, que datan de hace 130,000 años, así como fósiles de neandertales tardíos encontrados en Francia, Bélgica e Israel, con antigüedades que oscilan entre 41,000 y 64,000 años. Este exhaustivo análisis permitió observar una notable reducción en la variabilidad genética entre los neandertales de Krapina y las muestras más recientes.

Los investigadores también identificaron la utilidad de los canales auditivos internos como un indicador clave de la diversidad genética. Al compararlos con los de los humanos modernos, pudieron determinar que los cambios en la morfología de estos canales reflejan variaciones genéticas significativas. Esta pérdida de diversidad podría haber debilitado la capacidad de los neandertales para adaptarse a retos como cambios climáticos o la competencia con los Homo sapiens, quienes emergieron y se expandieron por las mismas regiones durante el mismo periodo.

Otros factores también parecen haber jugado un rol importante. Los datos genéticos y paleontológicos sugieren que los neandertales experimentaron periodos de aislamiento poblacional prolongado, lo que probablemente incrementó los efectos de la deriva genética. Además, se estima que el tamaño efectivo de su población era pequeño y correspondía a una metapoblación fragmentada, lo que también limitaba la variabilidad genética.

El estudio no solo aborda la diversidad genética, sino que propone varios escenarios evolutivos que podrían explicar la morfología y la genética observadas en los neandertales tardíos. Algunos procesos podrían incluir la deriva genética y el aislamiento, ambos efectos amplificados en poblaciones pequeñas. Aunque la investigación no atribuye una causa definitiva al declive de la diversidad genética, señala que las condiciones ambientales adversas y la competencia con humanos anatómicamente modernos podrían haber sido factores decisivos en la eliminación de esta población.

Según los autores, los neandertales y los homínidos denisovanos divergieron genéticamente de los antepasados de los humanos modernos hace entre 765,000 y 550,000 años. A partir de entonces, parece que el linaje neandertal estuvo expuesto a presiones que limitaron tanto su diversidad biológica como sus capacidades adaptativas, marcando el camino hacia su eventual desaparición.

La importancia de este análisis radica no solo en proporcionar indicios sobre las razones de la extinción de los neandertales, sino también en ofrecer una perspectiva más amplia sobre cómo la diversidad genética influye en la supervivencia de las especies. Los hallazgos subrayan la vulnerabilidad de las poblaciones pequeñas y aisladas al enfrentar cambios ambientales o presiones externas significativas.

Algo Curioso

“Comprender la desaparición de los neandertales es clave para entender nuestra propia historia evolutiva”

– Señalaron los autores del estudio.

Mar 2, 2025
Colglobal News

La extinción de los neandertales, una especie humana que habitó gran parte de Europa y Asia occidental hasta hace aproximadamente 40,000 años, ha intrigado a científicos durante décadas. Un reciente estudio internacional, publicado en la revista Nature Communications, arroja nueva luz sobre uno de los posibles factores que contribuyeron a su desaparición: una crisis genética que ocurrió hace más de 100,000 años.

El análisis del equipo investigador identificó un "cuello de botella" genético, término que se refiere a una drástica disminución en la diversidad genética de una población. Este evento, que data de hace aproximadamente 100,000 años, podría estar asociado con cambios en la morfología de los canales semicirculares del oído interno, una estructura anatómica influenciada por la genética. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon tanto datos genéticos como el análisis minucioso de fósiles.

En el estudio fueron examinados fósiles de distintas épocas y localizaciones geográficas. Entre ellos destacan restos hallados en el sitio croata de Krapina, que datan de hace 130,000 años, así como fósiles de neandertales tardíos encontrados en Francia, Bélgica e Israel, con antigüedades que oscilan entre 41,000 y 64,000 años. Este exhaustivo análisis permitió observar una notable reducción en la variabilidad genética entre los neandertales de Krapina y las muestras más recientes.

Los investigadores también identificaron la utilidad de los canales auditivos internos como un indicador clave de la diversidad genética. Al compararlos con los de los humanos modernos, pudieron determinar que los cambios en la morfología de estos canales reflejan variaciones genéticas significativas. Esta pérdida de diversidad podría haber debilitado la capacidad de los neandertales para adaptarse a retos como cambios climáticos o la competencia con los Homo sapiens, quienes emergieron y se expandieron por las mismas regiones durante el mismo periodo.

Otros factores también parecen haber jugado un rol importante. Los datos genéticos y paleontológicos sugieren que los neandertales experimentaron periodos de aislamiento poblacional prolongado, lo que probablemente incrementó los efectos de la deriva genética. Además, se estima que el tamaño efectivo de su población era pequeño y correspondía a una metapoblación fragmentada, lo que también limitaba la variabilidad genética.

El estudio no solo aborda la diversidad genética, sino que propone varios escenarios evolutivos que podrían explicar la morfología y la genética observadas en los neandertales tardíos. Algunos procesos podrían incluir la deriva genética y el aislamiento, ambos efectos amplificados en poblaciones pequeñas. Aunque la investigación no atribuye una causa definitiva al declive de la diversidad genética, señala que las condiciones ambientales adversas y la competencia con humanos anatómicamente modernos podrían haber sido factores decisivos en la eliminación de esta población.

Según los autores, los neandertales y los homínidos denisovanos divergieron genéticamente de los antepasados de los humanos modernos hace entre 765,000 y 550,000 años. A partir de entonces, parece que el linaje neandertal estuvo expuesto a presiones que limitaron tanto su diversidad biológica como sus capacidades adaptativas, marcando el camino hacia su eventual desaparición.

La importancia de este análisis radica no solo en proporcionar indicios sobre las razones de la extinción de los neandertales, sino también en ofrecer una perspectiva más amplia sobre cómo la diversidad genética influye en la supervivencia de las especies. Los hallazgos subrayan la vulnerabilidad de las poblaciones pequeñas y aisladas al enfrentar cambios ambientales o presiones externas significativas.

La extinción de los neandertales, una especie humana que habitó gran parte de Europa y Asia occidental hasta hace aproximadamente 40,000 años, ha intrigado a científicos durante décadas. Un reciente estudio internacional, publicado en la revista Nature Communications, arroja nueva luz sobre uno de los posibles factores que contribuyeron a su desaparición: una crisis genética que ocurrió hace más de 100,000 años.

El análisis del equipo investigador identificó un "cuello de botella" genético, término que se refiere a una drástica disminución en la diversidad genética de una población. Este evento, que data de hace aproximadamente 100,000 años, podría estar asociado con cambios en la morfología de los canales semicirculares del oído interno, una estructura anatómica influenciada por la genética. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon tanto datos genéticos como el análisis minucioso de fósiles.

En el estudio fueron examinados fósiles de distintas épocas y localizaciones geográficas. Entre ellos destacan restos hallados en el sitio croata de Krapina, que datan de hace 130,000 años, así como fósiles de neandertales tardíos encontrados en Francia, Bélgica e Israel, con antigüedades que oscilan entre 41,000 y 64,000 años. Este exhaustivo análisis permitió observar una notable reducción en la variabilidad genética entre los neandertales de Krapina y las muestras más recientes.

Los investigadores también identificaron la utilidad de los canales auditivos internos como un indicador clave de la diversidad genética. Al compararlos con los de los humanos modernos, pudieron determinar que los cambios en la morfología de estos canales reflejan variaciones genéticas significativas. Esta pérdida de diversidad podría haber debilitado la capacidad de los neandertales para adaptarse a retos como cambios climáticos o la competencia con los Homo sapiens, quienes emergieron y se expandieron por las mismas regiones durante el mismo periodo.

Otros factores también parecen haber jugado un rol importante. Los datos genéticos y paleontológicos sugieren que los neandertales experimentaron periodos de aislamiento poblacional prolongado, lo que probablemente incrementó los efectos de la deriva genética. Además, se estima que el tamaño efectivo de su población era pequeño y correspondía a una metapoblación fragmentada, lo que también limitaba la variabilidad genética.

El estudio no solo aborda la diversidad genética, sino que propone varios escenarios evolutivos que podrían explicar la morfología y la genética observadas en los neandertales tardíos. Algunos procesos podrían incluir la deriva genética y el aislamiento, ambos efectos amplificados en poblaciones pequeñas. Aunque la investigación no atribuye una causa definitiva al declive de la diversidad genética, señala que las condiciones ambientales adversas y la competencia con humanos anatómicamente modernos podrían haber sido factores decisivos en la eliminación de esta población.

Según los autores, los neandertales y los homínidos denisovanos divergieron genéticamente de los antepasados de los humanos modernos hace entre 765,000 y 550,000 años. A partir de entonces, parece que el linaje neandertal estuvo expuesto a presiones que limitaron tanto su diversidad biológica como sus capacidades adaptativas, marcando el camino hacia su eventual desaparición.

La importancia de este análisis radica no solo en proporcionar indicios sobre las razones de la extinción de los neandertales, sino también en ofrecer una perspectiva más amplia sobre cómo la diversidad genética influye en la supervivencia de las especies. Los hallazgos subrayan la vulnerabilidad de las poblaciones pequeñas y aisladas al enfrentar cambios ambientales o presiones externas significativas.

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