Ciencia

La falta de hierro en embarazadas altera la determinación del sexo en mamíferos, revela estudio en ratones

Un experimento dirigido por el biólogo Makoto Tachibana de la Universidad de Osaka, publicado el 4 de junio de 2025 en la revista Nature, demostró que la deficiencia de hierro durante la gestación puede modificar la formación sexual en ratones, proceso hasta ahora atribuido exclusivamente a factores genéticos.

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La falta de hierro en embarazadas altera la determinación del sexo en mamíferos, revela estudio en ratones

Un experimento dirigido por el biólogo Makoto Tachibana de la Universidad de Osaka, publicado el 4 de junio de 2025 en la revista Nature, demostró que la deficiencia de hierro durante la gestación puede modificar la formación sexual en ratones, proceso hasta ahora atribuido exclusivamente a factores genéticos.

"La concentración de hierro puede influir en el desarrollo sexual de un embrión de mamífero"

– Destacó Francisco Javier Barrionuevo, catedrático de genética de la Universidad de Granada.

5/6/2025

El trabajo, encabezado por Makoto Tachibana y su equipo en la Universidad de Osaka, consistió en experimentos con ratonas preñadas portadoras del cromosoma XY, encargado de la determinación genética del sexo masculino. Para el , se indujo una reducción del 60% en la concentración de hierro a nivel celular durante la gestación. Los resultados mostraron que, de 39 crías XY, 6 presentaron dos ovarios, una reversión sexual completa en individuos genéticamente masculinos, y una cría fue intersexual, al nacer con un ovario y un testículo. En un segundo ensayo, se administró un fármaco que secuestra el hierro, tras lo cual 5 de 72 machos desarrollaron órganos sexuales femeninos.


Los investigadores identificaron el mecanismo molecular subyacente: la deficiencia de hierro afecta a la enzima KDM3A, implicada en la modificación epigenética que apaga el gen Sry, responsable de la diferenciación de los testículos. Este proceso sucede en las etapas iniciales de la embriogénesis, justo cuando se determina el sexo, lo que provoca que ratones XY sigan la vía de desarrollo ovárico en vez de la testicular.


El estudio aporta evidencia de que la determinación sexual en mamíferos puede estar sujeta a factores ambientales, particularmente a deficiencias nutricionales maternas, y no es exclusivamente una cuestión genética como se asumía previamente. Esta relación, modulada a través de mecanismos epigenéticos, abre nuevos enfoques en la investigación sobre el desarrollo sexual y las interacciones entre ambiente y genética.


Francisco Javier Barrionuevo subrayó la trascendencia del hallazgo, mientras que las biólogas Shannon Dupont y Blanche Capel de la Universidad de Duke consideraron que la deficiencia de hierro podría generar efectos más sutiles en el desarrollo sexual, respaldando la importancia de estos resultados para la biología del desarrollo. El estudio también señala los riesgos para la salud materno-fetal asociados a la deficiencia de hierro, como anemia, incremento en probabilidades de aborto y mortalidad perinatal, así como la posibilidad de corregir la deficiencia mediante la dieta o tratamiento médico en casos severos.


Con múltiples experimentos realizados para confirmar sus conclusiones, esta investigación representa la primera demostración verificable de que un factor ambiental puede influir en la determinación del sexo en mamíferos, desafiando una de las creencias básicas de la biología del desarrollo.

Algo Curioso

"La concentración de hierro puede influir en el desarrollo sexual de un embrión de mamífero"

– Destacó Francisco Javier Barrionuevo, catedrático de genética de la Universidad de Granada.

Jun 5, 2025
Colglobal News

El trabajo, encabezado por Makoto Tachibana y su equipo en la Universidad de Osaka, consistió en experimentos con ratonas preñadas portadoras del cromosoma XY, encargado de la determinación genética del sexo masculino. Para el , se indujo una reducción del 60% en la concentración de hierro a nivel celular durante la gestación. Los resultados mostraron que, de 39 crías XY, 6 presentaron dos ovarios, una reversión sexual completa en individuos genéticamente masculinos, y una cría fue intersexual, al nacer con un ovario y un testículo. En un segundo ensayo, se administró un fármaco que secuestra el hierro, tras lo cual 5 de 72 machos desarrollaron órganos sexuales femeninos.


Los investigadores identificaron el mecanismo molecular subyacente: la deficiencia de hierro afecta a la enzima KDM3A, implicada en la modificación epigenética que apaga el gen Sry, responsable de la diferenciación de los testículos. Este proceso sucede en las etapas iniciales de la embriogénesis, justo cuando se determina el sexo, lo que provoca que ratones XY sigan la vía de desarrollo ovárico en vez de la testicular.


El estudio aporta evidencia de que la determinación sexual en mamíferos puede estar sujeta a factores ambientales, particularmente a deficiencias nutricionales maternas, y no es exclusivamente una cuestión genética como se asumía previamente. Esta relación, modulada a través de mecanismos epigenéticos, abre nuevos enfoques en la investigación sobre el desarrollo sexual y las interacciones entre ambiente y genética.


Francisco Javier Barrionuevo subrayó la trascendencia del hallazgo, mientras que las biólogas Shannon Dupont y Blanche Capel de la Universidad de Duke consideraron que la deficiencia de hierro podría generar efectos más sutiles en el desarrollo sexual, respaldando la importancia de estos resultados para la biología del desarrollo. El estudio también señala los riesgos para la salud materno-fetal asociados a la deficiencia de hierro, como anemia, incremento en probabilidades de aborto y mortalidad perinatal, así como la posibilidad de corregir la deficiencia mediante la dieta o tratamiento médico en casos severos.


Con múltiples experimentos realizados para confirmar sus conclusiones, esta investigación representa la primera demostración verificable de que un factor ambiental puede influir en la determinación del sexo en mamíferos, desafiando una de las creencias básicas de la biología del desarrollo.

El trabajo, encabezado por Makoto Tachibana y su equipo en la Universidad de Osaka, consistió en experimentos con ratonas preñadas portadoras del cromosoma XY, encargado de la determinación genética del sexo masculino. Para el , se indujo una reducción del 60% en la concentración de hierro a nivel celular durante la gestación. Los resultados mostraron que, de 39 crías XY, 6 presentaron dos ovarios, una reversión sexual completa en individuos genéticamente masculinos, y una cría fue intersexual, al nacer con un ovario y un testículo. En un segundo ensayo, se administró un fármaco que secuestra el hierro, tras lo cual 5 de 72 machos desarrollaron órganos sexuales femeninos.


Los investigadores identificaron el mecanismo molecular subyacente: la deficiencia de hierro afecta a la enzima KDM3A, implicada en la modificación epigenética que apaga el gen Sry, responsable de la diferenciación de los testículos. Este proceso sucede en las etapas iniciales de la embriogénesis, justo cuando se determina el sexo, lo que provoca que ratones XY sigan la vía de desarrollo ovárico en vez de la testicular.


El estudio aporta evidencia de que la determinación sexual en mamíferos puede estar sujeta a factores ambientales, particularmente a deficiencias nutricionales maternas, y no es exclusivamente una cuestión genética como se asumía previamente. Esta relación, modulada a través de mecanismos epigenéticos, abre nuevos enfoques en la investigación sobre el desarrollo sexual y las interacciones entre ambiente y genética.


Francisco Javier Barrionuevo subrayó la trascendencia del hallazgo, mientras que las biólogas Shannon Dupont y Blanche Capel de la Universidad de Duke consideraron que la deficiencia de hierro podría generar efectos más sutiles en el desarrollo sexual, respaldando la importancia de estos resultados para la biología del desarrollo. El estudio también señala los riesgos para la salud materno-fetal asociados a la deficiencia de hierro, como anemia, incremento en probabilidades de aborto y mortalidad perinatal, así como la posibilidad de corregir la deficiencia mediante la dieta o tratamiento médico en casos severos.


Con múltiples experimentos realizados para confirmar sus conclusiones, esta investigación representa la primera demostración verificable de que un factor ambiental puede influir en la determinación del sexo en mamíferos, desafiando una de las creencias básicas de la biología del desarrollo.

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