Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad Técnica de Múnich (TUM) ha revelado un cambio gradual en la rotación de la Tierra. Este hallazgo sugiere que, en aproximadamente 200 millones de años, la duración de un día terrestre podría alcanzar las 25 horas, comparado con las actuales 24 horas. El fenómeno se debe a varias causas, siendo las principales la influencia gravitacional de la Luna, la fricción de las mareas oceánicas y la circulación atmosférica.
Históricamente, la duración de los días ha variado considerablemente. Hace 1.400 millones de años, un día duraba aproximadamente 18 horas y 41 minutos. Durante la era de los dinosaurios, los días se alargaron a 23 horas. Actualmente, la rotación de la Tierra está disminuyendo a una tasa aproximada de 1.7 milisegundos por siglo.
El estudio empleó un interferómetro láser de anillo óptico ubicado en el Observatorio Geodésico de Wetzell. Esta tecnología permite medir variaciones en la velocidad de rotación con una precisión de 6 milisegundos cada dos semanas. Los datos obtenidos fueron cruciales para proyectar las futuras implicaciones de esta desaceleración.
Uno de los efectos más inmediatos de este cambio sería en nuestra percepción del tiempo, con importantes transformaciones en cómo las personas organizan sus vidas y actividades cotidianas. Además, este fenómeno podría tener repercusiones en los ecosistemas a nivel global, aunque las consecuencias específicas son difíciles de prever dada la extensión temporal de este pronóstico.
La rotación de la Tierra no ha sido constante a lo largo de su historia. Se estima que en sus primeros días, el planeta rotaba en menos de 10 horas debido a un impacto que llevó a la formación de la Luna, acelerando así su momento angular. Además de la influencia lunar, otros eventos como terremotos y cambios climáticos pueden afectar la velocidad de rotación. Por ejemplo, el terremoto de magnitud 8.9 en Japón en 2011 tuvo el efecto de acortar el día en 1.8 microsegundos.
Este estudio no solo ilumina la dinámica de la rotación terrestre, sino que también plantea interrogantes significativas sobre su impacto a largo plazo en el planeta y sus habitantes. La comprensión de estos fenómenos es vital para prepararnos mejor para un futuro en constante cambio. En sus comienzos, se estima que la Tierra rotaba en menos de 10 horas debido al impacto que formó la Luna, mostrando cómo eventos astronómicos pueden influir drásticamente en la rotación de un planeta.