La búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés) ha dependido predominantemente de la comunicación clásica mediante ondas electromagnéticas. Un reciente estudio, sin embargo, propone que la comunicación cuántica podría ser una alternativa viable, proporcionando una posible explicación a la paradoja de Fermi, que cuestiona la aparente ausencia de señales de otras civilizaciones avanzadas en el vasto universo.
Los investigadores han revelado que los qubits de fotones pueden mantener su coherencia cuántica a distancias que abarcan todo el espacio intergaláctico. Este hallazgo sugiere que civilizaciones avanzadas podrían estar utilizando esta forma de comunicación para interconectarse entre galaxias.
Otro aspecto relevante es la distancia que deben cubrirse los qubits. Mantener la precisión de múltiples fotones en su estado cuántico delicado es esencial, pero representa un reto tecnológico que aún no hemos superado. Según el físico teórico de la Universidad de Edimburgo, Latham Boyle, los extraterrestres podrían haber descubierto los beneficios de usar qubits para abarcar más en sus anchos de banda, lo que los haría demasiado avanzados para las tecnologías de comunicación clásicas que empleamos en la Tierra.
La comparación entre la comunicación cuántica y la clásica muestra diferencias significativas. La comunicación clásica manipula características de los fotones, como su número o frecuencia, para transmitir información. Sin embargo, la cuántica requiere la recepción adecuada de múltiples fotones, complicando la transmisión sobre largas distancias. Para que una señal de radio clásica sea efectiva, basta con que se capte una pequeña fracción de las ondas de luz, pero en una conexión cuántica, la mayoría de los fotones deben recibirse en su estado delicado para que el mensaje sea interpretado correctamente.
Los cálculos de Boyle sugieren que una antena parabólica tendría que medir más de 100 kilómetros de ancho para asegurar que suficientes estados cuánticos sobrevivieran al viaje. Incluso en el mejor de los casos, la frecuencia más alta tendría que pasar a través de la atmósfera terrestre, lo que podría implicar la necesidad de colocar estos platos fuera de nuestra atmósfera, como en la Luna. O bien, se podría optar por un sistema bidireccional donde las señales cuánticas estuvieran acompañadas de señales clásicas para corregir los errores en la transmisión.
Este enfoque sugiere que si las civilizaciones extraterrestres usan comunicación cuántica, podrían detectar nuestra incapacidad para recibir tales señales, lo que explicaría por qué no hemos identificado ninguna señal detectable hasta la fecha. De hecho, cualquier civilización avanzada probablemente no se molestaría en intentar comunicarse con nosotros si viera que nuestras tecnologías no son lo suficientemente avanzadas para captar sus mensajes.
El estudio, disponible en el servidor de pre-publicación arXiv, presenta un cambio importante en nuestra comprensión sobre la posible comunicación intergaláctica y abre nuevos campos de investigación para SETI. Al mejorar nuestra tecnología y comprensión de los métodos de comunicación cuántica, podríamos estar un paso más cerca de resolver uno de los mayores dilemas científicos: ¿Estamos solos en el universo?