Un reciente informe publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet ha puesto de manifiesto un preocupante aumento en la mortalidad relacionada con el calor en América Latina. Según el análisis, entre el año 2000 y 2022, la región experimentó un incremento promedio del 140% en las muertes atribuidas a olas de calor, en comparación con el periodo 2000-2009. Este incremento es un claro indicativo de los efectos adversos del cambio climático en la salud pública.
Ecuador es el país que ha registrado el mayor aumento relativo en la mortalidad por calor, con un alarmante 339%. Le siguen El Salvador con un 230%, Honduras con un 204% y Guatemala con un 202%. En contraste, países como México, Argentina y Uruguay han reportado incrementos menores, del 67%, 59% y 27%, respectivamente. Estos datos subrayan la variabilidad en la vulnerabilidad de diferentes naciones ante el incremento de las temperaturas.
El informe destaca que todos los países de la región han experimentado una tendencia sostenida de aumento en las temperaturas promedio. Además, en 2022, la temperatura media en América Latina fue 0.38°C más alta que durante el periodo de referencia 1986-2005. Paraguay se destacó por presentar la mayor anomalía térmica, con un aumento de 1.9°C. Estas cifras evidencian un claro patrón de calentamiento a nivel regional.
El impacto del calor no se limita a las temperaturas promedio. También se ha observado un incremento en el número de días con temperaturas extremas, afectando principalmente a los grupos más vulnerables, incluidos niños y personas mayores. Entre 2013 y 2022, los niños estuvieron expuestos a un 248% más de días de olas de calor, mientras que las personas mayores de 65 años a un 271% más, en comparación con el periodo 1986-2005.}