El nacimiento del tiburón swell llamado Yoko el 3 de enero de 2025 ha generado interés científico, ya que se trata de un caso aislado que desafía las normas reproductivas tradicionales de la especie. Yoko nació en el acuario de la ciudad de Shreveport, Louisiana, a partir de un huevo donde no hubo presencia masculina durante, al menos, los últimos tres años. Este fenómeno inusual se suma al conjunto de casos raros en la biología de vertebrados.
El equipo de manejo animal del acuario había detectado el huevo ocho meses antes del nacimiento. No obstante, admitieron que este podría haber permanecido sin reconocimiento en el tanque hasta por un máximo de dos meses previos a su hallazgo. A lo largo de este tiempo, el embrión se desarrolló protegido en un recipiente cerrado en el tanque que habitan únicamente dos hembras de tiburón swell.
Se plantean dos escenarios sobre cómo pudo haberse dado la reproducción de Yoko. El primero sería mediante partenogénesis, una forma de reproducción asexual en la cual un óvulo puede desarrollarse en un embrión sin ser fecundado por espermatozoides. El segundo posible mecanismo es la fertilización retrasada, en el que una hembra almacena esperma después de un apareamiento previo que ocurre, incluso, años antes de la fertilización. Ambos fenómenos son poco comunes pero han sido documentados en ciertos tiburones.
El acuario tiene planeado realizar un análisis de ADN para determinar el origen exacto del nacimiento de Yoko, aunque este proceso deberá esperar a que el ejemplar sea lo suficientemente grande como para obtener una muestra de sangre. Según estimaciones, esto podría tardar varios meses.
La partenogénesis no es un hecho completamente nuevo en tiburones, ya que ha sido registrada en especies como el tiburón cebra y el tiburón de bambú de manchas blancas. Un caso llamativo ocurrió en Carolina del Norte, donde una hembra de raya resultó embarazada tras ocho años de no haber interactuado con machos, demostrando que este tipo de reproducción sin intervención masculina, aunque raro, puede darse en vertebrados.
Los especialistas en el acuario de Shreveport consideran que esta ocasión ofrece una valiosa oportunidad para seguir estudiando las capacidades reproductivas de los tiburones y su relevancia para su conservación. Las investigaciones futuras podrían arrojar luz sobre las adaptaciones biológicas que permiten a ciertas especies reproducirse asexualmente o conservar material genético durante largos períodos. El fenómeno de reproducción por partenogénesis ha sido observado no solo en tiburones, sino también en reptiles como serpientes y dragones de Komodo, demostrando la versatilidad de algunos vertebrados en entornos donde la presencia de machos es inexistente.