La misión OSIRIS-REx de la NASA ha marcado un punto de inflexión en la exploración espacial con la exitosa apertura de su cápsula de muestras del asteroide Bennu. Este logro se produjo después de meses de esfuerzos intensivos por parte de los ingenieros y científicos de la agencia, quienes desarrollaron herramientas especializadas para superar los desafíos técnicos que presentaban dos tornillos atascados en el mecanismo de la cápsula.
El equipo de la NASA, basado en el Centro Espacial Johnson en Houston, enfrentó el reto de acceder al material recolectado por la sonda OSIRIS-REx, que había regresado a la Tierra en septiembre de 2023. La cápsula contenía rocas y polvo del asteroide Bennu, un cuerpo celeste que se cree contiene claves sobre el origen del sistema solar y, posiblemente, sobre el origen de la vida.
Inicialmente, los científicos pudieron acceder a aproximadamente 70 gramos del material, superando el objetivo inicial de la misión. Sin embargo, una cantidad significativa de muestra permanecía inaccesible debido a dos de los 35 sujetadores que no podían ser removidos con las herramientas
aprobadas para su uso en el entorno controlado de la cápsula. Este desafío llevó a la creación de dos herramientas nuevas, fabricadas con un grado específico de acero inoxidable quirúrgico no magnético, el metal más duro permitido para su uso en las cajas de guantes de la sala de curation.
La meticulosa tarea de diseñar y probar estas herramientas fue crucial para garantizar que se pudieran quitar los sujetadores sin contaminar las muestras ni dañar el mecanismo de la cápsula. Este proceso de prueba y error, realizado en un laboratorio de ensayo, finalmente culminó en el éxito de la apertura de la cápsula, permitiendo a los científicos acceder al resto del material recolectado.
El análisis de estas muestras es de gran importancia para la comunidad científica, ya que se espera que ofrezcan información valiosa sobre la composición de Bennu, un asteroide que se cree que es un remanente primitivo de la formación del sistema solar. Estos materiales podrían contener compuestos orgánicos y otros elementos que arrojen luz sobre las condiciones primordiales del sistema solar y, potencialmente, sobre el origen de la vida en la Tierra.