Los osos polares en la Bahía de Hudson dependen del hielo marino para cazar focas, su principal fuente de alimento rica en nutrientes. Sin embargo, los períodos sin hielo se han prolongado significativamente en las últimas décadas, dificultando la caza y obligando a los osos a buscar alimento en tierra firme. Esta situación los expone a la inanición, ya que los alimentos disponibles en tierra, como bayas y aves, no proporcionan los nutrientes necesarios para mantener su peso y salud.
La desaparición del hielo marino en primavera y verano coincide con el nacimiento de las crías y el momento en que las osas polares acumulan la mayor parte de su grasa para el invierno. Este desajuste entre el ciclo biológico de los osos y la disponibilidad de su principal fuente de alimento pone en riesgo la supervivencia de las crías y la salud general de la población.
Las emisiones de gases de efecto invernadero han sido identificadas como un factor crucial en la reducción del hielo marino. Según las proyecciones, si las emisiones continúan a los niveles actuales, la extensión del hielo marino podría revertirse en solo unos pocos años. Esto agravaría aún más la situación de los osos polares, acelerando su camino hacia la extinción.
La comunidad científica ha destacado la urgencia de tomar medidas para mitigar el cambio climático y proteger a los osos polares. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para preservar el hábitat helado necesario para su supervivencia.