En septiembre de 2022, la NASA llevó a cabo la misión de Prueba de Redirección de Asteroide Doble (DART, por sus siglas en inglés), un experimento audaz en el espacio profundo con el objetivo de cambiar la trayectoria de un asteroide mediante la colisión deliberada de una nave espacial con él. Aunque la misión alteró con éxito la órbita del asteroide Dimorphos, el impacto tuvo consecuencias inesperadas: la eyección de varios boulders (rocas grandes) que ahora podrían estar en curso de colisión con Marte.
Investigadores de la Johns Hopkins Applied Physics Laboratory y el equipo de la misión DART, en un estudio publicado en la revista Nature Astronomy, indicaron que la colisión alteró la forma de Dimorphos y resultó en la eyección de aproximadamente 1.3 a 2.2 millones de kilogramos de material, que incluye 37 boulders de hasta 7 metros de diámetro. Estos resultados fueron inesperados y presentan un nuevo conjunto de desafíos para futuras misiones de defensa planetaria.
El análisis de la trayectoria de estos boulders sugiere que cuatro de ellos podrían acercarse suficientemente a Marte para impactar su superficie en aproximadamente 6,000 y 15,000 años. Dada la delgada atmósfera de Marte, es probable que estos boulders no se desintegren en su totalidad y podrían crear cráteres significativos en el planeta rojo.
Este descubrimiento subraya la importancia de monitorear los escombros espaciales generados por este tipo de misiones, especialmente cuando se consideran las implicaciones a largo plazo para futuros asentamientos humanos en otros planetas. La necesidad de estrategias efectivas para predecir y manejar los desechos espaciales se ha vuelto más crítica, ya que incluso pequeñas variaciones en la trayectoria de los boulders pueden tener grandes consecuencias.