Un equipo de astrónomos de la Universidad de Ginebra (UNIGE), con apoyo de los laboratorios CNRS de Francia en París y Burdeos, ha logrado por primera vez simular todas las etapas de un efecto invernadero descontrolado. Este fenómeno, que podría hacer de la Tierra un lugar tan inhóspito como Venus, se desencadenaría con un aumento de solo unas pocas decenas de grados en la temperatura global. Venus, conocido por su superficie extremadamente caliente con temperaturas promedio alrededor de 464 grados Celsius, sirve como un ejemplo alarmante de lo que podría suceder en la Tierra.
El efecto invernadero es un proceso natural en el cual ciertos gases en la atmósfera de la Tierra atrapan el calor del Sol. Algunos de estos gases, como el vapor de agua, ocurren naturalmente, mientras que otros, como el dióxido de carbono, son el resultado de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, el estudio de UNIGE-CNRS examinó un escenario en el que el aumento de la irradiación solar provoca un aumento dramático y acelerado en la temperatura del planeta, un fenómeno conocido como "efecto invernadero descontrolado".
Este estudio no solo proporciona herramientas para estudiar el clima en otros planetas, especialmente los exoplanetas que orbitan estrellas distintas al Sol, sino que también ofrece una visión crítica de los riesgos potenciales para el clima de la Tierra en los siglos venideros. Los investigadores destacan la diferencia entre la Tierra, un punto azul y verde lleno de vida, y Venus, un planeta estéril y sulfuroso, el más caliente de nuestro sistema solar. El estudio, publicado en la revista Astronomy and Astrophysics, revela que un pequeño aumento en la irradiación solar, que conduzca a un aumento de la temperatura global de solo unas pocas decenas de grados, sería suficiente para desencadenar este proceso irreversible en la Tierra y convertirla en un lugar tan inhóspito como Venus.