El reciente estudio realizado por los psicólogos Michael Ashton de la Universidad de Brock y Kibeom Lee de la Universidad de Calgary ha puesto de manifiesto que los niños de en medio tienden a ser más honestos y cooperativos en comparación con los niños que crecen sin hermanos. Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) el 23 de diciembre de 2024.
Para llevar a cabo este estudio, se analizaron datos de 710,797 personas que completaron un inventario de personalidad HEXACO en un sitio web. Complementariamente, en un segundo grupo más pequeño de 74,920 personas, se evaluó tanto el orden de nacimiento como el número de hermanos de cada participante. Según los resultados, los niños de en medio obtuvieron las puntuaciones más altas en las dimensiones de Honestidad-Humildad y Amabilidad del test HEXACO, seguidos por los hermanos menores, los mayores y, finalmente, los hijos únicos.
Las diferencias entre los niños de en medio y los hijos únicos en las dimensiones de Honestidad-Humildad y Amabilidad resultaron ser significativas, con una diferencia de efecto (d) de al menos 0.20. Además, el estudio también encontró que, a mayor número de hermanos, mayores eran las puntuaciones en estas dimensiones. Las diferencias entre familias de un solo hijo y aquellas con seis o más hermanos fueron de d = 0.30 y d = 0.36, respectivamente.
Un aspecto clave de la investigación fue el control de la variable de religiosidad en la crianza. Aunque este factor redujo las diferencias observadas en aproximadamente un 25%, el orden de nacimiento y el tamaño de la familia siguieron siendo los factores predominantes que explicaban las diferencias en las puntuaciones de Honestidad-Humildad y Amabilidad.
Los autores del estudio, Ashton y Lee, sugieren que el entorno familiar más concurrido de familias numerosas tiende a fomentar la cooperación y honestidad entre los niños, ya que estos deben aprender a comprometerse y ser íntegros en las dinámicas familiares cotidianas.
Este estudio, sin embargo, confronta las conclusiones de investigaciones anteriores que no hallaron correlaciones significativas entre el orden de nacimiento y la personalidad. Por ejemplo, investigaciones previas realizadas en 2015 con muestras de 20,000 y 272,000 personas no identificaron relaciones claras entre estos factores y los rasgos de personalidad analizados.
Los hallazgos publicados en PNAS y discutidos en plataformas científicas como *Phys.org* y *Live Science* están generando un interesante debate dentro del ámbito de la psicología del desarrollo y podrían reorientar futuras investigaciones hacia una mejor comprensión de cómo el entorno y la estructura familiar influyen en la formación de la personalidad.