El estudio, realizado por Jianzhi Zhang de la Universidad de Michigan y Erping Long de la Academia China de Ciencias Médicas, representa el análisis más amplio hasta la fecha sobre la relación genética entre la reproducción y la longevidad. Los investigadores analizaron los genomas de 276,406 personas del UK Biobank, un estudio de salud a largo plazo, todos nacidos entre 1940 y 1969 y de ascendencia europea. Este estudio proporciona una nueva perspectiva sobre el misterio evolutivo de por qué envejecemos, desafiando la idea de que la selección natural favorece genes que prolongan la vida para maximizar el tiempo de reproducción.
Los investigadores calcularon un puntaje poligénico para cada persona, evaluando una mezcla de variantes genéticas vinculadas a una mejor salud reproductiva en la vida temprana. Un puntaje más alto indica una mayor probabilidad de ser fértil por más tiempo. Al comparar estos puntajes con los datos de longevidad, encontraron que las personas con puntajes más altos tenían una menor probabilidad de vivir hasta los 76 años. Este hallazgo respalda la hipótesis de la pleiotropía antagónica, que sugiere que las mutaciones genéticas que favorecen la reproducción temprana también pueden resultar en una menor esperanza de vida.