El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos ha descubierto que residir en pisos altos puede influir en el ritmo de envejecimiento. Este fenómeno está arraigado en la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que postula que el tiempo se comporta de manera diferente dependiendo del campo gravitacional. A altitudes más elevadas, la gravedad es marginalmente menor, provocando que el tiempo avance un poco más rápido.
En un experimento llevado a cabo en 2010, un equipo de científicos del NIST encabezado por James Chin-Wen Chou, utilizó relojes atómicos para comprobar cómo el tiempo varía a distintas alturas. Los investigadores situaron dos relojes a solo 30 centímetros de diferencia en altura, observando que el reloj colocado a mayor altitud marcaba el tiempo ligeramente más rápido. Esta diferencia, aunque ínfima, se traduce en un envejecimiento acelerado de aproximadamente 90 milmillonésimas de segundo a lo largo de una vida de 74 años para las personas que habitan en pisos altos frente a las que viven en niveles más bajos.
Esta investigación ofrece una demostración práctica de la teoría de la relatividad en situaciones cotidianas, ejemplificando cómo factores aparentemente triviales, como la elección del piso en una residencia, pueden tener impactos medibles, aunque no significativos en la vida diaria. La diferencia temporal observada, aun siendo minúscula, pone de manifiesto la precisión con la que las teorías científicas pueden aplicarse a aspectos de la vida diaria.
El uso de relojes atómicos, que son dispositivos extremadamente precisos, permitió a los investigadores del NIST detectar estas variaciones sutiles en la percepción del tiempo a diferentes alturas. Los relojes atómicos utilizan las vibraciones de átomos de cesio o rubidio para medir el tiempo con una precisión sin precedentes, haciendo posible registrar diferencias diminutas en el paso del tiempo que serían imposibles de percibir con instrumentos menos avanzados.
A pesar de que la aceleración del envejecimiento determinada es insignificante en términos prácticos para la mayoría de las personas, el estudio proporciona un fascinante vistazo a cómo los principios de la física teórica se manifiestan en el entorno cotidiano. Resaltando cómo la teoría de Einstein, formulada hace más de un siglo, sigue encontrando validación y aplicación en estudios contemporáneos.
En resumen, aunque los hallazgos del NIST no implican un impacto real en la salud o la longevidad de los habitantes de pisos altos, estos resultados sirven como un recordatorio del poder predictivo y la robustez de la teoría de la relatividad y su capacidad para describir el mundo en el que vivimos de maneras que aún estamos descubriendo y comprendiendo. La diferencia de tiempo de 90 milmillonésimas de segundo que experimentan las personas viviendo en pisos altos durante una vida de 74 años es tan pequeña que sería imposible de notar sin la ayuda de instrumentos extremadamente precisos como los relojes atómicos.