Lanzado en 1977, el Voyager 1 es un ícono de la exploración espacial, habiendo superado todas las expectativas al operar por casi medio siglo y cruzar en 2012 al espacio interestelar. En noviembre de 2023, se enfrentó a un serio problema de comunicación cuando uno de sus sistemas de computadora comenzó a enviar patrones de código repetitivos e indescifrables, lo que complicó la recepción de datos en la Tierra.
Ingenieros del JPL trabajaron arduamente para diagnosticar y resolver el problema, que se centraba en una unidad defectuosa del sistema de telemetría del módulo de datos de vuelo de la sonda. Después de meses de esfuerzos, lograron una solución el 18 de abril, reubicando el código afectado a otras partes de la memoria del sistema de la nave. Esta acción restauró la capacidad de Voyager 1 para enviar datos comprensibles de vuelta a la Tierra.
El equipo de la misión recibió los primeros datos coherentes sobre la salud y el estado del sistema de ingeniería de Voyager 1 el 20 de abril. Esta recuperación fue un alivio significativo para el equipo, ya que indicaba que la sonda aún funcionaba correctamente a pesar del tiempo y la distancia que la separan de la Tierra.
Voyager 1 no solo es famoso por ser el objeto hecho por el hombre más lejano de la Tierra, sino también por llevar consigo un mensaje muy especial: el Disco de Oro de Voyager. Este disco es una cápsula del tiempo, diseñada para comunicarse con extraterrestres o futuras civilizaciones que pudieran encontrar la sonda. La idea detrás del disco es ofrecer una muestra representativa de la vida y la cultura en la Tierra, por lo que contiene sonidos, imágenes y música seleccionados para mostrar la diversidad de la vida y la cultura en nuestro planeta.