La nueva legislación, firmada por el presidente Biden, establece un ultimátum para la compañía china ByteDance, propietaria de TikTok: desinvertir completamente en un año o sufrir una prohibición total en Estados Unidos. Esta medida se inserta en un paquete más amplio de ayuda extranjera que también incluye apoyo para Israel, Ucrania y Taiwán. Con esta ley, se pone en marcha un posible escenario de cambio radical para una de las aplicaciones más populares y utilizadas en el país, con más de 170 millones de usuarios activos.
El contexto de esta ley es una continuación de esfuerzos previos por limitar la influencia de las tecnologías chinas en territorio estadounidense, citando preocupaciones de seguridad nacional. Legisladores y el propio Biden han expresado temores de que el gobierno chino pueda acceder a datos de usuarios estadounidenses a través de TikTok, lo cual podría ser utilizado para operaciones de espionaje o manipulación mediática. Además, hay preocupaciones sobre la influencia en las elecciones, como se indicó en un informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional que sugirió que China utilizó TikTok para influir en las elecciones intermedias de 2022 en EE.UU.
TikTok, por su parte, ha respondido con firmeza, anunciando planes para desafiar la ley en los tribunales. Shou Zi Chew, el CEO de TikTok, ha hecho declaraciones asegurando que la compañía luchará por los derechos de sus usuarios y ha subrayado que la app seguirá operativa en Estados Unidos durante el proceso legal. Esta batalla no solo es legal, sino también de percepciones, pues tanto TikTok como sus oponentes saben que la opinión pública y el apoyo popular pueden influir en el resultado final de este enfrentamiento.
La comunidad de usuarios de TikTok, que incluye a un gran número de jóvenes, ha mostrado su preocupación y activismo en torno a esta ley. Muchos ven en la aplicación no solo una plataforma de entretenimiento, sino también un espacio vital para la expresión personal y la creación de comunidad. La prohibición potencial de TikTok no solo afectaría a estos usuarios de forma individual, sino que también tendría un impacto significativo en el ecosistema digital y cultural estadounidense.