El miércoles por la tarde, usuarios de WhatsApp alrededor del mundo se encontraron incapaces de utilizar la aplicación debido a una interrupción masiva. El problema comenzó a manifestarse alrededor de las 2 PM ET, cuando los usuarios no pudieron enviar ni recibir mensajes, quedando la aplicación en un estado permanente de "conexión". La situación fue rápidamente reflejada en el aumento de reportes en sitios de monitoreo de servicios en línea como Down Detector, especialmente en regiones como la Costa Este de Estados Unidos y varios países de Europa.
Las plataformas hermanas de WhatsApp, Instagram y Facebook, también propiedad de Meta, experimentaron problemas similares, aunque en menor medida. Mientras que WhatsApp mostraba un mensaje de "servicio no disponible", en Instagram y Facebook los usuarios enfrentaban dificultades para actualizar sus feeds o publicar contenido nuevo. Esta incidencia no solo refleja la dependencia global en estas plataformas, sino también destaca la vulnerabilidad de los sistemas digitales ante fallos técnicos.
Meta, la compañía matriz, actualizó las páginas de estado de sus API comerciales para reflejar la interrupción del servicio, marcando el comienzo de los problemas alrededor de las 2:10 PM ET. Aunque la normalidad pareció restablecerse para la mayoría de los usuarios en Estados Unidos alrededor de las 4 PM ET, en otras regiones el servicio continuó siendo esporádico, con reportes de interrupción que siguieron surgiendo a lo largo del día.
Este incidente se suma a una serie de fallos recientes en los servicios de Meta, recordando a los usuarios y a la industria la importancia crítica de la infraestructura de red y la necesidad de sistemas robustos y resilientes. La caída de WhatsApp, en particular, afectó a una vasta audiencia global, subrayando el rol central de la aplicación en la comunicación cotidiana y en el ámbito empresarial, donde muchas operaciones dependen de esta herramienta.