El juicio de remedios en el caso del Departamento de Justicia de Estados Unidos contra Google podría resultar en la venta de Google Chrome, si la corte así lo determina. Google ha anunciado que apelará cualquier fallo adverso, por lo que no se espera una resolución inmediata. El veredicto final, sin embargo, podría provocar un cambio histórico en el mercado de navegadores.
Actualmente, Chrome posee cerca de dos tercios de la cuota global de navegadores, equivalente a una base de aproximadamente cuatro mil millones de usuarios. Este volumen de usuarios convierte al navegador en un activo estratégico para cualquier compañía interesada en posicionar su motor de búsqueda o sus servicios tecnológicos.
OpenAI, de acuerdo con el testimonio de Nick Turley, jefe de producto de la empresa, confirmó su interés en adquirir Chrome debido a la integración de funciones de búsqueda web en su producto ChatGPT, buscando así ampliar su presencia directa en el entorno digital de los usuarios.
Por otro lado, Perplexity, centrada en la búsqueda mediante inteligencia artificial, también ha mostrado un interés concreto en la compra. El CEO de la empresa ha declarado que trabajan en el desarrollo de su propio navegador como alternativa, con el objetivo de perfeccionar sus agentes y recopilar datos relevantes sobre los usuarios.
Yahoo, que desarrolla de manera independiente un navegador prototipo, evalúa la posible compra de Chrome como una vía más eficaz para incrementar su presencia. Brian Provost, gerente general de búsqueda en Yahoo, considera que la operación podría requerir una inversión de decenas de miles de millones de dólares, operación que podría financiarse con el respaldo de Apollo Global Management, el actual propietario de la compañía.
La estimación de valor para Chrome alcanza los 50 mil millones de dólares, según Gabriel Weinberg, CEO de DuckDuckGo, haciendo de esta adquisición una de las más significativas en la industria tecnológica reciente.
La potencial venta de Chrome a un competidor constituye una amenaza relevante para Google en un entorno marcado por desafíos legales y una creciente competencia en el sector de las búsquedas y navegadores. El desenlace del juicio será decisivo para el futuro de Chrome y del ecosistema digital global.