La 96ª edición de los Premios de la Academia fue testigo de un evento sin precedentes cuando "Godzilla Minus One", una producción de Toho, se llevó a casa el Oscar a Mejores Efectos Visuales, superando a grandes producciones de Hollywood. Este logro es significativo no solo por ser la primera victoria de la franquicia en sus 70 años de historia, sino también por la manera en que desafió las expectativas con un presupuesto de producción de menos de 15 millones de dólares y un equipo de VFX de apenas 35 personas. La película, dirigida por Takashi Yamazaki, ha sido elogiada por su retorno a las raíces de Godzilla, simbolizando las ansiedades de Japón sobre las armas nucleares, un tema profundamente arraigado en la concepción original del monstruo.
La campaña de "Godzilla Minus One" para el Oscar se sintió como la historia de David contra Goliat, enfrentándose y superando a gigantes del cine con presupuestos que superaban los 200 millones de dólares. El triunfo no solo demuestra la maestría técnica del equipo de Yamazaki, sino que también subraya la importancia de la narrativa y el significado detrás de los efectos visuales. Este enfoque refrescante, lejos de las superproducciones típicas de Hollywood, resonó con la Academia, otorgando a la película un lugar en la historia del cine.
"Godzilla Minus One" también ha hecho historia fuera de la temporada de premios, convirtiéndose en la película japonesa más taquillera jamás lanzada en Norteamérica. Con ingresos que superan los 56,4 millones de dólares, solo es superada por otras dos películas internacionales en términos de recaudación en Estados Unidos y Canadá. Este éxito comercial, junto con su reconocimiento crítico, marca un antes y un después en la percepción de las películas de monstruos, desafiando la noción de que solo las producciones de gran escala pueden lograr un impacto significativo tanto en la taquilla como en la crítica.
La victoria de "Godzilla Minus One" en los Oscars es un testimonio del poder de la creatividad y la innovación por encima de los grandes presupuestos. El equipo detrás de la película, liderado por Takashi Yamazaki, ha demostrado que con pasión, dedicación y una visión clara, incluso los proyectos más modestos pueden triunfar sobre gigantes de la industria. Esta hazaña no solo revitaliza la franquicia de Godzilla con un nuevo sentido de propósito y relevancia, sino que también inspira a cineastas de todo el mundo a perseguir sus visiones creativas sin temor a las limitaciones presupuestarias.