La revelación sobre la cuenta de Instagram de una niña preadolescente, cuyos seguidores en un 92% son hombres adultos, ha desatado una ola de preocupación entre padres y autoridades sobre la seguridad en las redes sociales. La situación se agrava al descubrirse que muchas de las imágenes compartidas en la cuenta están siendo utilizados en la dark web con fines fetichistas, exponiendo a la menor a graves riesgos.
El reporte, publicado por The Wall Street Journal, destaca la vulnerabilidad de los menores en plataformas digitales y la falta de mecanismos eficaces para protegerlos de depredadores online. La madre de la niña, quien prefirió mantener el anonimato, expresó su consternación y sorpresa al enterarse de la verdadera naturaleza de los seguidores de su hija. “Pensé que estaba segura, vigilaba su actividad en línea, pero nunca imaginé esto”, comentó visiblemente afectada.
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El uso de las fotos en la dark web añade una dimensión aún más perturbadora al problema. Especialistas en ciberseguridad señalan que hay una creciente demanda de contenido gráfico de menores en estas redes clandestinas, lo que ha llevado a una proliferación de perfiles falsos y la manipulación de imágenes inocentes con fines ilícitos. Esto no solo representa un peligro directo para las víctimas, sino que también abre la puerta a una serie de delitos cibernéticos de mayor envergadura.
En respuesta a esta crisis, plataformas como Instagram han anunciado que reforzarán sus políticas de seguridad y monitoreo, especialmente en cuentas vinculadas a menores de edad. Sin embargo, expertos en protección infantil advierten que estas medidas podrían no ser suficientes a menos que se adopte una estrategia integral que incluya no solo tecnología más avanzada, sino también mayores esfuerzos educativos y legislativos.