En la ceremonia del 8 de octubre de 2024, John Hopfield y Geoffrey Hinton fueron reconocidos con el Premio Nobel de Física por sus trabajos pioneros en redes neuronales artificiales, esenciales para la actual revolución en inteligencia artificial (IA). Con 91 años y profesor emérito en la Universidad de Princeton, Hopfield desarrolló en 1982 una red neuronal capaz de almacenar y recordar patrones, simulando la memoria asociativa humana. Por su parte, Geoffrey Hinton, de 76 años y profesor emérito en la Universidad de Toronto, mejoró estas ideas al incorporar probabilidades y desarrollar el algoritmo de retropropagación, facilitando el entrenamiento de redes neuronales profundas.
El premio, dotado de 11 millones de coronas suecas (aproximadamente 810,000 libras esterlinas), se otorgó por “descubrimientos y invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales”. Este reconocimiento subraya la significativa influencia de la física en el avance de la IA, y cómo éstos han permitido progresar en múltiples aplicaciones tecnológicas. Desde la traducción de idiomas y el reconocimiento facial hasta la generación de contenido, tecnologías como ChatGPT y Gemini se basan en los principios desarrollados por Hopfield y Hinton.
Geoffrey Hinton ha expresado preocupaciones sobre los riesgos de la IA, advirtiendo sobre sus posibles consecuencias negativas, incluyendo desinformación y pérdida de empleos. Aun así, el impacto de sus investigaciones en la IA y la física es innegable. Ellen Moons, presidenta del comité Nobel de física, destacó la relevancia de estos avances, enfatizando que estas redes neuronales también han impulsado investigaciones en física de partículas y ciencia de materiales.
La comunidad científica reaccionó con entusiasmo ante el anuncio del Nobel. Hinton se mostró sorprendido por el reconocimiento, afirmando que no esperaba recibir el premio. Michael Wooldridge, profesor de la Universidad de Oxford, comentó que este galardón refleja el profundo impacto que la IA está teniendo en la ciencia contemporánea.
La intersección entre la física y la inteligencia artificial, marcada por las conquistas de Hopfield y Hinton, continúa siendo un área de intensa investigación y desarrollo, prometiendo nuevas innovaciones en el futuro. El algoritmo de retropropagación, clave en el éxito de las redes neuronales, fue inicialmente propuesto por Paul Werbos en 1974, pero no se popularizó hasta que Hinton y sus colegas lo aplicaron exitosamente en los años 80.