La NASA ha completado recientemente la primera fase de su Proyecto de Energía de Superficie de Fisión, un esfuerzo pionero destinado a llevar la energía nuclear de fisión a la Luna. Este proyecto busca desarrollar un reactor nuclear pequeño y eficiente capaz de generar electricidad en la superficie lunar, una necesidad crítica para las futuras misiones de exploración humana y robótica bajo el programa Artemis de la agencia. La primera fase del proyecto incluyó contratos con Lockheed Martin, Westinghouse y IX (una empresa conjunta de Intuitive Machines y X-Energy) para diseñar conceptos iniciales de un reactor y sus subsistemas, estimar costos y elaborar un cronograma de desarrollo.
El reactor de fisión superficial no solo promete proporcionar una fuente de energía limpia, segura y confiable durante los largos periodos de noche lunar, que duran aproximadamente 14.5 días terrestres, sino también apoyar una presencia humana sostenida en la Luna por al menos 10 años. La energía generada por este reactor sería clave para operaciones continuas, incluyendo hábitats lunares, rovers, sistemas de respaldo y experimentos científicos, independientemente de las condiciones de luz solar.

La elección de la fisión nuclear como fuente de energía responde a las limitaciones de los sistemas de energía solar en la Luna, especialmente en regiones permanentemente sombreadas o durante la noche lunar. A diferencia de la energía solar, un reactor nuclear puede generar energía de manera constante, lo que es crucial para la exploración a largo plazo y la supervivencia en el entorno lunar extremo. Este enfoque también podría adaptarse para futuras misiones a Marte, ofreciendo una solución energética escalable y eficiente para la exploración del espacio profundo.
La NASA ha establecido requisitos específicos para el diseño del reactor, incluyendo un peso máximo de seis toneladas métricas y una capacidad de generación de 40 kilovatios de energía eléctrica, suficiente para soportar las necesidades de una base lunar. La agencia ha fomentado la creatividad y la diversidad en los enfoques técnicos, permitiendo a las compañías contratadas explorar soluciones innovadoras. La próxima fase del proyecto se centrará en refinar estos diseños y preparar el camino para una demostración lunar, con el objetivo de tener un reactor listo para el lanzamiento a principios de la década de 2030.