La reunión celebrada el 27 de noviembre de 2024 en Mar-a-Lago, Florida, entre Mark Zuckerberg, CEO de Meta, y Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, podría ser una señal de un cambio significativo en la relación entre ambos líderes. Desde el asalto al Capitolio de enero de 2021, cuando Meta suspendió indefinidamente las cuentas de Trump en Facebook e Instagram, la interacción había sido altamente polémica.
El encuentro, al que también asistieron miembros del equipo de Trump, tuvo lugar en la mansión Mar-a-Lago, un escenario conocido tanto por su lujo como por su simbología en la política estadounidense. Según un comunicado de Meta, Zuckerberg expresó su agradecimiento por "la invitación y la oportunidad de discutir la administración entrante", resaltando la relevancia del momento para la innovación en el país.
El trasfondo de este acercamiento es largo y complejo. Trump había acusado abiertamente a Facebook de interferir en las elecciones de 2020 y sugerido que Zuckerberg podría enfrentar prisión si intentaba influir en los comicios de 2024. En agosto de 2024, Trump afirmó que Zuckerberg “pasaría el resto de su vida en prisión” si intentaba interferir en las elecciones. No obstante, para octubre, Trump suavizó su postura, describiendo al CEO de Meta como alguien que se mantuvo al margen del proceso electoral.
Otras declaraciones han surgido en torno a la interacción entre ambos. Tras un intento de asesinato a Trump en julio de 2024, Zuckerberg elogió su respuesta, describiéndola como “una de las cosas más badass que he visto en mi vida”. Además, en su libro *Save America*, Trump acusó a Zuckerberg de "plotear" en su contra durante la campaña de 2020, así como mencionó un donativo de $420 millones de la fundación de Zuckerberg destinado a la infraestructura electoral, que muchos críticos interpretaron como un intento de influir en los resultados electorales.
En contexto, Meta enfrenta actualmente un creciente escrutinio regulatorio, incluyendo un caso antimonopolio presentado por la Comisión Federal de Comercio (FTC) en 2020. Mientras tanto, Zuckerberg parece estar buscando enfocar esfuerzos para tener una relación más colaborativa con la administración de Trump, la cual ha cultivado una relación cercana con Elon Musk, propietario de X (anteriormente Twitter).
En términos financieros, la fortuna personal de Zuckerberg se estima en $200 mil millones, lo que le confiere un notable poder e influencia, no solo en el ámbito empresarial sino también en el marco político.