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El reloj de oro de 14 quilates, recuperado del cuerpo de John Jacob Astor después de que el Titanic se hundiera en 1912, fue vendido el sábado pasado por la impresionante suma de £1.175 millones (aproximadamente $1.46 millones). El evento tuvo lugar en la casa de subastas Henry Aldridge & Son en Devizes, Wiltshire, atrayendo a coleccionistas de todo el mundo. La puja inicial se estimaba entre £100,000 y £150,000, lo que subraya el extraordinario interés y el valor finalmente alcanzado.
El reloj, grabado con las iniciales JJA, pertenecía a Astor, quien fue uno de los pasajeros más ricos en ese momento, con una fortuna valorada en unos $87 millones de dólares de la época, lo que equivale a varios miles de millones hoy en día. Astor, que tenía 47 años al momento del desastre, ayudó a su joven esposa Madeleine a embarcarse en un bote salvavidas, quedándose atrás en el condenado transatlántico.
El interés por los artefactos del Titanic no ha disminuido, incluso más de un siglo después del desastre. La historia de Astor y su reloj es particularmente notable debido a su prominencia social y la trágica pérdida durante el naufragio. Según los expertos, la fascinación por el Titanic y sus pasajeros se debe a las numerosas historias personales y al impacto humano detrás de la catástrofe tecnológica y marítima. El reloj fue uno de los varios objetos personales recuperados con el cuerpo de Astor, quien fue encontrado en el océano Atlántico siete días después del hundimiento del barco.
Astor no solo era conocido por su riqueza sino también por su influencia en la sociedad de principios del siglo XX. Además de ser un magnate inmobiliario y empresarial, Astor también fue un inventor y escritor, lo que añade más interés a su legado y a los objetos personales que dejó atrás. La subasta no solo resaltó el reloj, sino también otros objetos de la época, incluyendo un menú de la última cena en la primera clase del Titanic, que también alcanzó altos precios.
La subasta de los artefactos del Titanic, especialmente el reloj de Astor, ha roto récords previos y ha reafirmado el interés continuo por el navío y su historia. Antes de este evento, el récord lo tenía un violín que se tocó a bordo del Titanic mientras se hundía, vendido por £1.1 millones. Los precios alcanzados reflejan no solo la rareza y la importancia de estos objetos, sino también la historia perdurable que siguen contando. Los expertos subrayan que cada objeto del Titanic lleva consigo una narrativa personal y colectiva que resuena a través de las generaciones.
El hecho de que los artefactos sigan emergiendo y alcanzando cifras récord en las subastas demuestra un legado que trasciende el tiempo y continúa capturando la imaginación del público. Este fenómeno no solo es testimonio de la tragedia, sino también de la capacidad humana para recordar y valorar la historia, incluso en sus momentos más oscuros.
El reloj de oro de 14 quilates, recuperado del cuerpo de John Jacob Astor después de que el Titanic se hundiera en 1912, fue vendido el sábado pasado por la impresionante suma de £1.175 millones (aproximadamente $1.46 millones). El evento tuvo lugar en la casa de subastas Henry Aldridge & Son en Devizes, Wiltshire, atrayendo a coleccionistas de todo el mundo. La puja inicial se estimaba entre £100,000 y £150,000, lo que subraya el extraordinario interés y el valor finalmente alcanzado.
El reloj, grabado con las iniciales JJA, pertenecía a Astor, quien fue uno de los pasajeros más ricos en ese momento, con una fortuna valorada en unos $87 millones de dólares de la época, lo que equivale a varios miles de millones hoy en día. Astor, que tenía 47 años al momento del desastre, ayudó a su joven esposa Madeleine a embarcarse en un bote salvavidas, quedándose atrás en el condenado transatlántico.
El interés por los artefactos del Titanic no ha disminuido, incluso más de un siglo después del desastre. La historia de Astor y su reloj es particularmente notable debido a su prominencia social y la trágica pérdida durante el naufragio. Según los expertos, la fascinación por el Titanic y sus pasajeros se debe a las numerosas historias personales y al impacto humano detrás de la catástrofe tecnológica y marítima. El reloj fue uno de los varios objetos personales recuperados con el cuerpo de Astor, quien fue encontrado en el océano Atlántico siete días después del hundimiento del barco.
Astor no solo era conocido por su riqueza sino también por su influencia en la sociedad de principios del siglo XX. Además de ser un magnate inmobiliario y empresarial, Astor también fue un inventor y escritor, lo que añade más interés a su legado y a los objetos personales que dejó atrás. La subasta no solo resaltó el reloj, sino también otros objetos de la época, incluyendo un menú de la última cena en la primera clase del Titanic, que también alcanzó altos precios.
La subasta de los artefactos del Titanic, especialmente el reloj de Astor, ha roto récords previos y ha reafirmado el interés continuo por el navío y su historia. Antes de este evento, el récord lo tenía un violín que se tocó a bordo del Titanic mientras se hundía, vendido por £1.1 millones. Los precios alcanzados reflejan no solo la rareza y la importancia de estos objetos, sino también la historia perdurable que siguen contando. Los expertos subrayan que cada objeto del Titanic lleva consigo una narrativa personal y colectiva que resuena a través de las generaciones.
El hecho de que los artefactos sigan emergiendo y alcanzando cifras récord en las subastas demuestra un legado que trasciende el tiempo y continúa capturando la imaginación del público. Este fenómeno no solo es testimonio de la tragedia, sino también de la capacidad humana para recordar y valorar la historia, incluso en sus momentos más oscuros.
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