La hibernación, conocida científicamente como torpor, es un estado similar al sueño que algunos animales, como ratones y aves, pueden entrar para conservar energía, reduciendo su temperatura corporal y metabolismo. Esta condición ha sido vista por los científicos como una posible solución para situaciones en las que sería útil que los humanos pudieran hibernar, como durante cirugías o viajes espaciales prolongados.
En investigaciones anteriores, se identificaron neuronas en el hipotálamo que permiten a los ratones entrar en torpor. Estas neuronas se activaron mediante señales de luz o químicas para inducir hibernación a demanda. Lo sorprendente fue que esta técnica también funcionó en ratas, que naturalmente no entran en torpor, sugiriendo la posibilidad de que pueda funcionar en otros mamíferos, incluidos los humanos.
Sin embargo, el desafío radicaba en que la activación de estas neuronas requería de animales genéticamente modificados y de la implantación de fibras ópticas, lo que no es práctico ni cómodo. Por ello, en un estudio reciente, científicos de la Universidad de Washington desarrollaron una forma no invasiva de inducir torpor utilizando ultrasonido.
El equipo creó un emisor de ultrasonido lo suficientemente pequeño para ser montado en la cabeza de los ratones. Este dispositivo emitía pulsos de ultrasonido dirigidos al área preóptica del hipotálamo, desencadenando instantáneamente síntomas de torpor en los animales, como una disminución en la temperatura corporal y una reducción en la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno.