La inversión de Japón en el desarrollo de cañones de riel electromagnéticos alcanza los 46.3 mil millones de yenes, equivalente a aproximadamente 300 millones de dólares desde 2016, según información oficial del Ministerio de Defensa. El prototipo diseñado por la Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística (ATLA) puede disparar proyectiles de 40 milímetros, cada uno con un peso de 320 gramos, alcanzando velocidades de hasta Mach 6.5. Cada disparo consume alrededor de 5 megajoules, con la aspiración de incrementar esta cifra a 20 megajoules en versiones posteriores.

La tecnología de cañón de riel utiliza campos magnéticos para impulsar proyectiles a alta velocidad, prescindiendo de explosivos convencionales. Recientemente, la JMSDF ha realizado pruebas en el mar con el prototipo instalado en el JS Asuka, un buque experimental, marcando un hito relevante en la integración de este tipo de sistemas en plataformas navales.
El impulso al desarrollo responde al avance en armamento hipersónico por parte de potencias regionales como China, Corea del Norte y Rusia. Las autoridades japonesas consideran primordial dotar a sus fuerzas de capacidades defensivas adaptadas a la situación estratégica regional. En abril de 2025, el Vicealmirante Katsushi Omachi inspeccionó el cañón a bordo del JS Asuka, mientras que el Ministerio de Defensa divulgó imágenes que evidencian notables modificaciones desde la primera prueba experimental realizada en octubre de 2023.

Uno de los principales retos técnicos radica en suministrar la energía necesaria para operaciones efectivas, gestionar el calor generado y reducir el tamaño del sistema para su despliegue estándar en buques. Además, la interceptación eficaz de misiles hipersónicos demanda proyectiles inteligentes fabricados con materiales avanzados, como tungsteno, y equipados con sistemas de guía capaces de operar en tiempo real y ajustar la trayectoria del proyectil durante el vuelo.
La JMSDF, en colaboración con ATLA y otras entidades, seguirá trabajando en el perfeccionamiento de esta tecnología y en el desarrollo de componentes que fortalezcan la defensa de las aguas territoriales de Japón, consolidando una postura de respuesta frente a los desafíos tecnológicos y estratégicos de la región.