El verano del hemisferio norte de 2023 ha sido el más caluroso jamás registrado, con temperaturas extremas que han causado estragos en todo el mundo. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el planeta ha experimentado una "temporada de ebullición", con temperaturas récord en agosto tanto en tierra como en la superficie del mar. Estas condiciones extremas han llevado a olas de calor, incendios forestales y otros desastres naturales en varias regiones, desde Asia y África hasta Europa y América del Norte.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su preocupación por la rapidez con la que se está produciendo el cambio climático, señalando que "los días caninos del verano no sólo están ladrando, están mordiendo". Además, destacó la necesidad urgente de abordar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar futuros desastres.
La OMM también señaló que el hielo marino en el hemisferio sur ha experimentado una disminución récord, con temperaturas de la superficie del mar que también han alcanzado niveles récord. Estos eventos extremos son una clara indicación de que el cambio climático no es una amenaza futura, sino una realidad actual que está afectando a comunidades de todo el mundo.
El aumento de las temperaturas globales ha sido impulsado en parte por el fenómeno de El Niño, que ha contribuido al aumento de las temperaturas en varias regiones. Sin embargo, la principal causa del calentamiento global sigue siendo la actividad humana, en particular la quema de combustibles fósiles que liberan grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.