Mundo

Silopi supera los 50 °C y marca récord histórico en Turquía en medio de una crisis eléctrica por calor extremo

La ciudad de Silopi, en el sureste de Turquía, registró el 25 de julio de 2025 la temperatura más alta en la historia del país, alcanzando los 50.5°C y superando el récord previo de 49.5°C establecido en agosto de 2023, lo que ha provocado una crisis en el acceso y el costo de la electricidad para la población local.

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Silopi supera los 50 °C y marca récord histórico en Turquía en medio de una crisis eléctrica por calor extremo

La ciudad de Silopi, en el sureste de Turquía, registró el 25 de julio de 2025 la temperatura más alta en la historia del país, alcanzando los 50.5°C y superando el récord previo de 49.5°C establecido en agosto de 2023, lo que ha provocado una crisis en el acceso y el costo de la electricidad para la población local.

"Estamos ante una situación incomparable con años anteriores"

– Señaló Halil Coskun, reportero local de Silopi.

4/8/2025

El 25 de julio de 2025, Silopi, ubicada en el sureste de Turquía, alcanzó una temperatura de 50.5°C, estableciendo un nuevo récord nacional y dejando atrás la marca anterior de 49.5°C registrada en agosto de 2023. Este fenómeno climatológico extremo, reportado por la dirección estatal de meteorología, mantiene a las temperaturas de la región entre 6 y 12 grados por encima de las medias históricas para la temporada.


La ola de calor ha impulsado un aumento significativo en la demanda de electricidad, necesario para aires acondicionados y refrigeración, incrementando los costos para familias y negocios. Recep Esiyok, de 59 años y fabricante de helados, reportó una factura eléctrica de 59,000 liras turcas—aproximadamente 1,450 dólares—solo en el último mes. Ante esta situación, numerosos residentes han solicitado apoyo estatal para afrontar las crecientes facturas.


La falta de vegetación en Silopi ha exacerbado el impacto del calor. Según testimonios de habitantes locales, la deforestación histórica en la región, llevada a cabo años atrás por el ejército turco durante operativos contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), disminuyó la cobertura vegetal y redujo la sombra disponible en la zona. Esta situación agrava el efecto de las altas temperaturas sobre la población.


El presidente Recep Tayyip Erdogan señaló que Turquía ha enfrentado condiciones inusualmente secas en los últimos cinco años, atribuidas al cambio climático, y advirtió que la combinación de calor extremo, baja humedad y vientos fuertes elevó el riesgo de incendios forestales. Durante la última semana, un incendio en la provincia de Eskişehir resultó en la muerte de 10 personas.


Comerciantes y habitantes, como Cemil Seher, de 51 años, han advertido que el aire acondicionado se ha vuelto tan esencial como el pan y el agua, y han solicitado reducción en las tarifas eléctricas para ayudar a empresas a sostener su operación durante la crisis.


En el contexto regional, el presidente libanés Joseph Aoun pidió la desmilitarización de Hezbollah y el restablecimiento de la autoridad estatal sobre todo el territorio del país, en medio de una prolongada crisis económica y negociaciones con Estados Unidos acerca del desarme de grupos armados. Además, Aoun ha solicitado un financiamiento internacional de 1,000 millones de dólares anuales durante una década para reforzar las fuerzas de seguridad y convocó a una conferencia de donantes para la reconstrucción posguerra.


Los sucesos en Turquía y el Líbano reflejan cómo el aumento de extremos climáticos y la inestabilidad interna están impactando la infraestructura básica y la seguridad en la región, aumentando la presión sobre gobiernos y sociedades para encontrar soluciones tanto a corto como a largo plazo.

Algo Curioso

"Estamos ante una situación incomparable con años anteriores"

– Señaló Halil Coskun, reportero local de Silopi.

Aug 4, 2025
Colglobal News

El 25 de julio de 2025, Silopi, ubicada en el sureste de Turquía, alcanzó una temperatura de 50.5°C, estableciendo un nuevo récord nacional y dejando atrás la marca anterior de 49.5°C registrada en agosto de 2023. Este fenómeno climatológico extremo, reportado por la dirección estatal de meteorología, mantiene a las temperaturas de la región entre 6 y 12 grados por encima de las medias históricas para la temporada.


La ola de calor ha impulsado un aumento significativo en la demanda de electricidad, necesario para aires acondicionados y refrigeración, incrementando los costos para familias y negocios. Recep Esiyok, de 59 años y fabricante de helados, reportó una factura eléctrica de 59,000 liras turcas—aproximadamente 1,450 dólares—solo en el último mes. Ante esta situación, numerosos residentes han solicitado apoyo estatal para afrontar las crecientes facturas.


La falta de vegetación en Silopi ha exacerbado el impacto del calor. Según testimonios de habitantes locales, la deforestación histórica en la región, llevada a cabo años atrás por el ejército turco durante operativos contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), disminuyó la cobertura vegetal y redujo la sombra disponible en la zona. Esta situación agrava el efecto de las altas temperaturas sobre la población.


El presidente Recep Tayyip Erdogan señaló que Turquía ha enfrentado condiciones inusualmente secas en los últimos cinco años, atribuidas al cambio climático, y advirtió que la combinación de calor extremo, baja humedad y vientos fuertes elevó el riesgo de incendios forestales. Durante la última semana, un incendio en la provincia de Eskişehir resultó en la muerte de 10 personas.


Comerciantes y habitantes, como Cemil Seher, de 51 años, han advertido que el aire acondicionado se ha vuelto tan esencial como el pan y el agua, y han solicitado reducción en las tarifas eléctricas para ayudar a empresas a sostener su operación durante la crisis.


En el contexto regional, el presidente libanés Joseph Aoun pidió la desmilitarización de Hezbollah y el restablecimiento de la autoridad estatal sobre todo el territorio del país, en medio de una prolongada crisis económica y negociaciones con Estados Unidos acerca del desarme de grupos armados. Además, Aoun ha solicitado un financiamiento internacional de 1,000 millones de dólares anuales durante una década para reforzar las fuerzas de seguridad y convocó a una conferencia de donantes para la reconstrucción posguerra.


Los sucesos en Turquía y el Líbano reflejan cómo el aumento de extremos climáticos y la inestabilidad interna están impactando la infraestructura básica y la seguridad en la región, aumentando la presión sobre gobiernos y sociedades para encontrar soluciones tanto a corto como a largo plazo.

El 25 de julio de 2025, Silopi, ubicada en el sureste de Turquía, alcanzó una temperatura de 50.5°C, estableciendo un nuevo récord nacional y dejando atrás la marca anterior de 49.5°C registrada en agosto de 2023. Este fenómeno climatológico extremo, reportado por la dirección estatal de meteorología, mantiene a las temperaturas de la región entre 6 y 12 grados por encima de las medias históricas para la temporada.


La ola de calor ha impulsado un aumento significativo en la demanda de electricidad, necesario para aires acondicionados y refrigeración, incrementando los costos para familias y negocios. Recep Esiyok, de 59 años y fabricante de helados, reportó una factura eléctrica de 59,000 liras turcas—aproximadamente 1,450 dólares—solo en el último mes. Ante esta situación, numerosos residentes han solicitado apoyo estatal para afrontar las crecientes facturas.


La falta de vegetación en Silopi ha exacerbado el impacto del calor. Según testimonios de habitantes locales, la deforestación histórica en la región, llevada a cabo años atrás por el ejército turco durante operativos contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), disminuyó la cobertura vegetal y redujo la sombra disponible en la zona. Esta situación agrava el efecto de las altas temperaturas sobre la población.


El presidente Recep Tayyip Erdogan señaló que Turquía ha enfrentado condiciones inusualmente secas en los últimos cinco años, atribuidas al cambio climático, y advirtió que la combinación de calor extremo, baja humedad y vientos fuertes elevó el riesgo de incendios forestales. Durante la última semana, un incendio en la provincia de Eskişehir resultó en la muerte de 10 personas.


Comerciantes y habitantes, como Cemil Seher, de 51 años, han advertido que el aire acondicionado se ha vuelto tan esencial como el pan y el agua, y han solicitado reducción en las tarifas eléctricas para ayudar a empresas a sostener su operación durante la crisis.


En el contexto regional, el presidente libanés Joseph Aoun pidió la desmilitarización de Hezbollah y el restablecimiento de la autoridad estatal sobre todo el territorio del país, en medio de una prolongada crisis económica y negociaciones con Estados Unidos acerca del desarme de grupos armados. Además, Aoun ha solicitado un financiamiento internacional de 1,000 millones de dólares anuales durante una década para reforzar las fuerzas de seguridad y convocó a una conferencia de donantes para la reconstrucción posguerra.


Los sucesos en Turquía y el Líbano reflejan cómo el aumento de extremos climáticos y la inestabilidad interna están impactando la infraestructura básica y la seguridad en la región, aumentando la presión sobre gobiernos y sociedades para encontrar soluciones tanto a corto como a largo plazo.

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