EconomÍa

57 Compañías son Responsables del 80% de Emisiones de Gases Desde 2016

Un estudio reciente revela que solo 57 productores de combustibles fósiles y cemento han sido responsables del 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero desde la firma del Acuerdo de París en 2016.

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57 Compañías son Responsables del 80% de Emisiones de Gases Desde 2016

Un estudio reciente revela que solo 57 productores de combustibles fósiles y cemento han sido responsables del 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero desde la firma del Acuerdo de París en 2016.

"Es moralmente reprobable que las empresas continúen expandiendo la exploración y producción de combustibles fósiles sabiendo desde hace décadas que sus productos son perjudiciales"

- Richard Heede, fundador del conjunto de datos de Carbon Majors.

4/4/2024

Desde la firma del Acuerdo de París en 2016, la preocupación por el cambio climático ha escalado globalmente, sin embargo, un informe reciente indica que 57 de las mayores empresas productoras de petróleo, gas, carbón y cemento son directamente responsables de aproximadamente el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales. Este grupo incluye tanto corporaciones multinacionales con accionistas como empresas controladas por el estado, subrayando la influencia significativa que ejercen en la crisis climática global.

A pesar de los compromisos internacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, se ha observado que la mayoría de estos grandes productores han incrementado su producción de combustibles fósiles y, consecuentemente, sus emisiones relacionadas, en los siete años posteriores al Acuerdo de París. Este incremento contrasta alarmantemente con las necesidades globales de mitigación del cambio climático y pone en riesgo los objetivos establecidos para limitar el calentamiento global.

El informe destaca cómo las compañías estatales y las de propiedad privada, particularmente en el sector del carbón asiático, han aumentado sus emisiones, contradiciendo las advertencias de entidades como la Agencia Internacional de Energía, que señala la incompatibilidad de nuevos desarrollos de campos petrolíferos y gasíferos con los objetivos climáticos seguros. ExxonMobil de Estados Unidos fue señalada como la mayor contribuyente individual a las emisiones, seguida de cerca por otras gigantes energéticas como Shell, BP, Chevron y TotalEnergies.

Esta concentración de responsabilidad en un número tan reducido de entidades ha alimentado un debate sobre la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en el sector energético. El hecho de que un segmento tan pequeño de la industria sea capaz de influir de manera tan significativa en el panorama climático global sugiere la urgencia de reevaluar y reforzar las políticas y estrategias de mitigación climática a nivel mundial.

Algo Curioso
La base de datos de Carbon Majors reveló que, desde 1854, apenas 19 entidades son responsables de la mitad de las emisiones globales de CO2, lo que pone de manifiesto la concentración histórica de la responsabilidad climática en un número limitado de actores.

Impacto y Desafíos de los Principales Emisores de CO2

La investigación realizada por InfluenceMap destaca que, desde el Acuerdo de París, se ha producido un aumento en la producción de combustibles fósiles, especialmente en Asia, donde la producción de carbón ha tenido un papel predominante en el crecimiento de las emisiones de CO2. Esta tendencia pone en evidencia la compleja interacción entre desarrollo industrial y compromisos climáticos. En este contexto, compañías como Saudi Aramco, Gazprom y Coal India se han posicionado como los mayores emisores individuales, con porcentajes significativos del total global de emisiones.

El informe subraya que, a pesar de las crecientes inversiones en energías renovables por parte de algunas de estas empresas, la expansión en la producción de combustibles fósiles sigue siendo una realidad preocupante. La transición energética hacia fuentes más limpias y sostenibles parece avanzar a un ritmo insuficiente para contrarrestar las tasas de producción de combustibles fósiles. Este escenario revela la necesidad crítica de fortalecer las políticas y mecanismos de regulación a nivel global para garantizar un equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad ambiental.

Además, el informe recalca que la responsabilidad de las emisiones no solo recae en las empresas productoras, sino también en las estructuras económicas y políticas que permiten y a veces incentivan la continua dependencia de los combustibles fósiles. Las implicaciones para los objetivos climáticos son claras: se requiere un cambio significativo en la forma en que se produce y consume energía para cumplir con las metas establecidas en el Acuerdo de París y evitar los peores impactos del cambio climático.

La evidencia sugiere que la acción climática necesita ser más ambiciosa y coherente, involucrando no solo a los principales emisores de gases de efecto invernadero sino también a todas las partes del sistema global, incluidos los gobiernos y los consumidores. Este desafío subraya la importancia de una colaboración internacional efectiva y de políticas que promuevan una rápida descarbonización de la economía mundial, resaltando la urgencia de compromisos más fuertes y acciones concretas para reducir las emisiones globales.

Transparencia y Rendición de Cuentas en la Era del Cambio Climático

El papel de las bases de datos como Carbon Majors es crucial para entender la dinámica de las emisiones globales de CO2, proporcionando un marco detallado y cuantificado de la contribución de las corporaciones al cambio climático. Según esta base de datos, las emisiones acumuladas de CO2e desde 1854 hasta 2022 se atribuyen en gran medida a 122 productores industriales, representando el 72% de las emisiones globales de combustibles fósiles y cemento desde 1751. Además, se identifica que un pequeño grupo de 57 entidades corporativas y estatales estuvo vinculado al 80% de las emisiones globales desde 2016 hasta 2022.

La investigación destaca que, en los últimos años, las emisiones han estado dominadas por el aumento en la producción de carbón en países asiáticos, con China a la cabeza, seguida por entidades estatales como Saudi Aramco, Gazprom y empresas como Coal India. Estas corporaciones y entidades estatales han sido cruciales en el aumento de las emisiones globales, especialmente en el período posterior a la adopción del Acuerdo de París, lo que refleja una creciente concentración de emisiones entre un grupo reducido de productores.

Este patrón de producción y emisión destaca la importancia de implementar estándares globales de transparencia y rendición de cuentas para las empresas en relación con sus emisiones de gases de efecto invernadero. La creación de normas internacionales claras y consistentes para la divulgación climática podría facilitar una mejor evaluación del rendimiento climático de las empresas y su alineación con los objetivos del Acuerdo de París.

Finalmente, el análisis sugiere que la mitigación efectiva del cambio climático requerirá no solo una reducción en las emisiones de las empresas dominantes en el sector de los combustibles fósiles sino también un cambio sistémico hacia la energía renovable. Esto implica una transformación significativa en las prácticas de inversión y operación de las empresas de energía, así como en las políticas gubernamentales que rigen la producción de energía y las emisiones industriales.

"Es moralmente reprobable que las empresas continúen expandiendo la exploración y producción de combustibles fósiles sabiendo desde hace décadas que sus productos son perjudiciales"

- Richard Heede, fundador del conjunto de datos de Carbon Majors.

Apr 4, 2024
Colglobal News

Desde la firma del Acuerdo de París en 2016, la preocupación por el cambio climático ha escalado globalmente, sin embargo, un informe reciente indica que 57 de las mayores empresas productoras de petróleo, gas, carbón y cemento son directamente responsables de aproximadamente el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales. Este grupo incluye tanto corporaciones multinacionales con accionistas como empresas controladas por el estado, subrayando la influencia significativa que ejercen en la crisis climática global.

A pesar de los compromisos internacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, se ha observado que la mayoría de estos grandes productores han incrementado su producción de combustibles fósiles y, consecuentemente, sus emisiones relacionadas, en los siete años posteriores al Acuerdo de París. Este incremento contrasta alarmantemente con las necesidades globales de mitigación del cambio climático y pone en riesgo los objetivos establecidos para limitar el calentamiento global.

El informe destaca cómo las compañías estatales y las de propiedad privada, particularmente en el sector del carbón asiático, han aumentado sus emisiones, contradiciendo las advertencias de entidades como la Agencia Internacional de Energía, que señala la incompatibilidad de nuevos desarrollos de campos petrolíferos y gasíferos con los objetivos climáticos seguros. ExxonMobil de Estados Unidos fue señalada como la mayor contribuyente individual a las emisiones, seguida de cerca por otras gigantes energéticas como Shell, BP, Chevron y TotalEnergies.

Esta concentración de responsabilidad en un número tan reducido de entidades ha alimentado un debate sobre la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en el sector energético. El hecho de que un segmento tan pequeño de la industria sea capaz de influir de manera tan significativa en el panorama climático global sugiere la urgencia de reevaluar y reforzar las políticas y estrategias de mitigación climática a nivel mundial.

Desde la firma del Acuerdo de París en 2016, la preocupación por el cambio climático ha escalado globalmente, sin embargo, un informe reciente indica que 57 de las mayores empresas productoras de petróleo, gas, carbón y cemento son directamente responsables de aproximadamente el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales. Este grupo incluye tanto corporaciones multinacionales con accionistas como empresas controladas por el estado, subrayando la influencia significativa que ejercen en la crisis climática global.

A pesar de los compromisos internacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, se ha observado que la mayoría de estos grandes productores han incrementado su producción de combustibles fósiles y, consecuentemente, sus emisiones relacionadas, en los siete años posteriores al Acuerdo de París. Este incremento contrasta alarmantemente con las necesidades globales de mitigación del cambio climático y pone en riesgo los objetivos establecidos para limitar el calentamiento global.

El informe destaca cómo las compañías estatales y las de propiedad privada, particularmente en el sector del carbón asiático, han aumentado sus emisiones, contradiciendo las advertencias de entidades como la Agencia Internacional de Energía, que señala la incompatibilidad de nuevos desarrollos de campos petrolíferos y gasíferos con los objetivos climáticos seguros. ExxonMobil de Estados Unidos fue señalada como la mayor contribuyente individual a las emisiones, seguida de cerca por otras gigantes energéticas como Shell, BP, Chevron y TotalEnergies.

Esta concentración de responsabilidad en un número tan reducido de entidades ha alimentado un debate sobre la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en el sector energético. El hecho de que un segmento tan pequeño de la industria sea capaz de influir de manera tan significativa en el panorama climático global sugiere la urgencia de reevaluar y reforzar las políticas y estrategias de mitigación climática a nivel mundial.

Algo Curioso
La base de datos de Carbon Majors reveló que, desde 1854, apenas 19 entidades son responsables de la mitad de las emisiones globales de CO2, lo que pone de manifiesto la concentración histórica de la responsabilidad climática en un número limitado de actores.

Impacto y Desafíos de los Principales Emisores de CO2

La investigación realizada por InfluenceMap destaca que, desde el Acuerdo de París, se ha producido un aumento en la producción de combustibles fósiles, especialmente en Asia, donde la producción de carbón ha tenido un papel predominante en el crecimiento de las emisiones de CO2. Esta tendencia pone en evidencia la compleja interacción entre desarrollo industrial y compromisos climáticos. En este contexto, compañías como Saudi Aramco, Gazprom y Coal India se han posicionado como los mayores emisores individuales, con porcentajes significativos del total global de emisiones.

El informe subraya que, a pesar de las crecientes inversiones en energías renovables por parte de algunas de estas empresas, la expansión en la producción de combustibles fósiles sigue siendo una realidad preocupante. La transición energética hacia fuentes más limpias y sostenibles parece avanzar a un ritmo insuficiente para contrarrestar las tasas de producción de combustibles fósiles. Este escenario revela la necesidad crítica de fortalecer las políticas y mecanismos de regulación a nivel global para garantizar un equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad ambiental.

Además, el informe recalca que la responsabilidad de las emisiones no solo recae en las empresas productoras, sino también en las estructuras económicas y políticas que permiten y a veces incentivan la continua dependencia de los combustibles fósiles. Las implicaciones para los objetivos climáticos son claras: se requiere un cambio significativo en la forma en que se produce y consume energía para cumplir con las metas establecidas en el Acuerdo de París y evitar los peores impactos del cambio climático.

La evidencia sugiere que la acción climática necesita ser más ambiciosa y coherente, involucrando no solo a los principales emisores de gases de efecto invernadero sino también a todas las partes del sistema global, incluidos los gobiernos y los consumidores. Este desafío subraya la importancia de una colaboración internacional efectiva y de políticas que promuevan una rápida descarbonización de la economía mundial, resaltando la urgencia de compromisos más fuertes y acciones concretas para reducir las emisiones globales.

Transparencia y Rendición de Cuentas en la Era del Cambio Climático

El papel de las bases de datos como Carbon Majors es crucial para entender la dinámica de las emisiones globales de CO2, proporcionando un marco detallado y cuantificado de la contribución de las corporaciones al cambio climático. Según esta base de datos, las emisiones acumuladas de CO2e desde 1854 hasta 2022 se atribuyen en gran medida a 122 productores industriales, representando el 72% de las emisiones globales de combustibles fósiles y cemento desde 1751. Además, se identifica que un pequeño grupo de 57 entidades corporativas y estatales estuvo vinculado al 80% de las emisiones globales desde 2016 hasta 2022.

La investigación destaca que, en los últimos años, las emisiones han estado dominadas por el aumento en la producción de carbón en países asiáticos, con China a la cabeza, seguida por entidades estatales como Saudi Aramco, Gazprom y empresas como Coal India. Estas corporaciones y entidades estatales han sido cruciales en el aumento de las emisiones globales, especialmente en el período posterior a la adopción del Acuerdo de París, lo que refleja una creciente concentración de emisiones entre un grupo reducido de productores.

Este patrón de producción y emisión destaca la importancia de implementar estándares globales de transparencia y rendición de cuentas para las empresas en relación con sus emisiones de gases de efecto invernadero. La creación de normas internacionales claras y consistentes para la divulgación climática podría facilitar una mejor evaluación del rendimiento climático de las empresas y su alineación con los objetivos del Acuerdo de París.

Finalmente, el análisis sugiere que la mitigación efectiva del cambio climático requerirá no solo una reducción en las emisiones de las empresas dominantes en el sector de los combustibles fósiles sino también un cambio sistémico hacia la energía renovable. Esto implica una transformación significativa en las prácticas de inversión y operación de las empresas de energía, así como en las políticas gubernamentales que rigen la producción de energía y las emisiones industriales.

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