Donald Trump ha sido señalado por acciones y declaraciones polémicas que minarían la estabilidad de Ucrania y comprometerían la cohesión de la OTAN. De acuerdo con el artículo de Simon Tisdall en The Guardian, su postura habría favorecido a Rusia, debilitando estratégicamente el frente occidental contra la agresión rusa.
En el marco de la invasión no provocada lanzada por Vladimir Putin hace tres años, Trump habría adoptado posturas que generan controversia. Entre estas se destacan: la aceptación tácita de la pérdida de territorio soberano de Ucrania, la negativa a otorgar membresía de la OTAN a este país y la retención de garantías de seguridad, incluido el despliegue de tropas estadounidenses en su territorio. Tisdall considera que estas medidas equivalen a un acto de apaciguamiento hacia Rusia, percibido como una traición al pueblo ucraniano.
En declaraciones recientes, Trump responsabilizó implícitamente a Ucrania del conflicto, sugiriendo incluso elecciones anticipadas en Kyiv. Este planteamiento ha sido tildado de hipócrita, dada la implicación histórica de Rusia en la manipulación de elecciones en distintos países.
Estados miembros de la OTAN han manifestado preocupación por el debilitamiento de la unidad del bloque debido a estas decisiones. Durante su administración, Trump promovió un enfoque que trasladaba la responsabilidad de la seguridad europea a los países integrantes, proponiendo que estos aumenten su gasto en defensa al 5% de sus PIB nacionales. Estas declaraciones ocasionaron una evidente disminución de confianza en el liderazgo estadounidense por parte de sus aliados europeos. La propuesta de Trump de que los países europeos gasten el 5% de su PIB en defensa supera ampliamente el objetivo del 2% planteado por la OTAN, una meta que muchos miembros aún luchan por alcanzar.
El impacto de estas políticas no se limita al ámbito europeo. Se argumenta que la falta de un frente cohesionado en la OTAN podría alentar acciones más agresivas por parte de actores internacionales como China, Irán y Corea del Norte. Esta percepción se ve reforzada por las afirmaciones de Pete Hegseth, secretario de Defensa de EE.UU., quien declaró que la seguridad europea dejó de ser prioridad para Washington.
La política exterior de Trump parece haberse traducido en una marcada ruptura en la unidad occidental, lo que compromete no solo la posición de Ucrania frente a la invasión rusa sino también la credibilidad de Estados Unidos como garante de la estabilidad internacional. Las decisiones descritas han generado inquietud en varios frentes y subrayan las tensiones que atraviesa la OTAN en un contexto de crecientes desafíos globales.