En un alarmante desarrollo sobre los riesgos del vapeo, Tazmin Blight, de 19 años, fue hospitalizado después de experimentar una "opresión" en el pecho. Los médicos diagnosticaron que una pequeña bolsa de aire se había formado en su pulmón y estallado, causando un colapso pulmonar. Este incidente ocurrió el pasado 29 de junio y es reflejo de una situación similar vivida por su hermana Kyla Blight, de 17 años, apenas semanas antes. Ella fue hospitalizada el 11 de mayo debido a un agujero en el pulmón causado también por el uso de cigarrillos electrónicos.
Tazmin, quien había comenzado a vapear a los 13 años, consumía habitualmente hasta 600 caladas diarias, lo que equivale a fumar aproximadamente 50 cigarrillos por día. A pesar de la grave experiencia de su hermana, Tazmin continuó vapeando hasta que él mismo tuvo que enfrentar las severas consecuencias de esta adicción. Actualmente, Tazmin se encuentra en un ensayo clínico para tratar su condición pulmonar y ha decidido dejar de vapear por completo.
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El padre de los adolescentes, Mark Blight, ha alzado su voz en contra de los cigarrillos electrónicos, abogando por una prohibición total y subrayando los peligros que el vapeo representa, especialmente para los jóvenes. Mark ha expresado su preocupación por la falta de regulación adecuada en torno a estos productos y ha hecho un llamamiento a las autoridades para tomar medidas urgentes.
"Los peligros del vapeo y su comercialización hacia los jóvenes deben ser regulados urgentemente", afirmó Mark Blight. Tras la hospitalización de Tazmin, él espera que su hijo no necesite cirugía para drenar el pulmón afectado.
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La situación de los hermanos Blight destaca la necesidad de una mayor conciencia sobre los riesgos del vapeo y un control más riguroso de su comercialización dirigida a los jóvenes. La experiencia de Tazmin y Kyla pone de manifiesto los graves riesgos para la salud asociados con el uso de cigarrillos electrónicos, una práctica que ha ganado popularidad entre los adolescentes en los últimos años.
El caso de los Blight se convierte así en un llamado de atención a padres, educadores y legisladores sobre la urgencia de abordar el problema del vapeo juvenil, para proteger la salud de las futuras generaciones. A pesar de los crecientes informes y estudios sobre los peligros del vapeo, muchos jóvenes siguen considerando los cigarrillos electrónicos como una alternativa segura al tabaco convencional, subestimando los riesgos que implican.