El caso de un hombre en sus 30 años que sufrió una perforación espontánea en la tráquea tras intentar contener un estornudo ha llamado la atención de la comunidad médica. El incidente, ocurrido en el Reino Unido, se presentó mientras el hombre conducía. Al intentar suprimir el estornudo, pellizcando su nariz y cerrando la boca, experimentó un dolor agudo en el cuello, lo que lo llevó a buscar atención médica de emergencia en el hospital Ninewells en Dundee.
Los médicos quedaron sorprendidos al descubrir que el paciente había sufrido una perforación de 2 mm en su tráquea, una condición potencialmente mortal. El Dr. Rasads Misirovs, autor principal del informe del caso publicado en el BMJ Case Reports, destacó la rareza de este tipo de lesiones, comparándolas con ganar una lotería de un millón de libras. El equipo médico inicialmente se encontró perplejo ante la causa de la condición del hombre, pero tras realizar un examen detallado, incluyendo radiografías y tomografías computarizadas, pudieron identificar la lesión en la tráquea.
El paciente, que tenía antecedentes de rinitis alérgica y congestión nasal, no requirió cirugía pero fue hospitalizado y observado de cerca durante 48 horas. Se le administraron analgésicos y medicación para la fiebre del heno, y se le aconsejó evitar actividades físicas extenuantes durante dos semanas. En un seguimiento de cinco semanas, una nueva tomografía computarizada mostró que la perforación en su tráquea había sanado completamente.
Este caso ha llevado a los médicos a emitir una advertencia sobre los riesgos de contener los estornudos. El Dr. Misirovs enfatizó que contener un estornudo puede aumentar la presión en las vías respiratorias superiores hasta 20 veces, lo que podría resultar en lesiones graves, como rupturas de tímpanos, aneurismas e incluso fracturas de costillas. Por lo tanto, recomienda dejar salir los estornudos, cubriendo la cara con la mano o el interior del codo para evitar la propagación de irritantes como virus, saliva y moco.