El sector agropecuario colombiano ha registrado un notable crecimiento impulsado por la demanda internacional en medio de dificultades en el consumo interno. Según los datos más recientes, el agro colombiano incrementó su valor en un 10,7% durante el tercer trimestre de 2024, acumulando un crecimiento del 8,9% hasta septiembre. Este crecimiento del agro, no obstante, representa solo una fracción del Producto Interno Bruto (PIB) real del país.
El sector cafetero ha sido el principal motor de este crecimiento, con un incremento del 33,6% en su PIB real durante el último trimestre, llegando a un acumulado de 17,9% hasta septiembre. De manera complementaria, la transformación del café, que abarca procesos desde la trilla hasta la torrefacción, aumentó su valor agregado en un 27,2% durante el trimestre y un 12,4% en el acumulado anual.
No obstante, otros subsectores agropecuarios han tenido desempeños negativos en el mismo periodo. La elaboración de grasas y aceites registró una caída del 8,2%, los productos lácteos un 3,6%, la molinería un 2,9% y los productos de cacao y confitería decrecieron un 1,6%.
El auge del sector agropecuario ha sido mayormente gracias a la demanda externa. En 2023, el 93% del café colombiano fue exportado, con un 26% destinado a Europa. Adicionalmente, el sector de la lima Tahití envió aproximadamente el 63% de sus exportaciones a la Costa Este de Estados Unidos durante el primer bimestre de 2023.
Pese a este positivo panorama, existen riesgos futuros que podrían afectar este crecimiento. La inminente huelga de estibadores en Estados Unidos, prevista para el 15 de enero de 2025, amenaza con perturbar significativamente el transporte marítimo, especialmente en la carga contenerizada, lo que podría impactar negativamente las exportaciones agrícolas colombianas.
Además, la norma antideforestación europea (EUDR por sus siglas en inglés), que exige que productos como soya, carne de res, aceite de palma, madera, cacao, café y caucho natural sean certificados como no generadores de deforestación, representa otro desafío considerable. La dependencia del mercado europeo del café colombiano hace que esta normativa sea particularmente relevante para el sector. La presión de países exportadores ha llevado a proponer la suspensión de la fecha de inicio de esta norma, que estaba programada para el 1 de enero de 2025.
La EUDR exige rigurosas certificaciones para asegurar que los productos no contribuyen a la deforestación. La adopción de estas regulaciones podría afectar severamente la competitividad de los productos agropecuarios colombianos en el mercado europeo.
En conclusión, el sector agropecuario colombiano está experimentando un rápido crecimiento gracias a la demanda internacional, aunque enfrenta retos tanto en el mercado interno como en el ámbito regulatorio. A medida que el sector sigue evolucionando, será crucial gestionar estos riesgos para mantener el impulso positivo del crecimiento económico del país.