La situación se ha tornado crítica en Colombia, donde los siniestros viales se han convertido en una amenaza mortal para los menores de edad. Entre 2009 y 2023, 7,368 niños y adolescentes perdieron la vida en accidentes viales, de los cuales aproximadamente 3,153 (casi el 43%) eran conductores o pasajeros de motocicletas. La cifra más alta se registró en 2023, con 536 muertes de menores, ubicándose este año como el más trágico en el periodo analizado.
En términos porcentuales, las muertes de motociclistas menores han aumentado un alarmante 144%. Del total de menores que fallecieron siendo motociclistas, un abrumador 87% eran jóvenes de entre 11 y 17 años, con 56% de estos menores actuando como conductores, a pesar de la normativa que prohíbe la obtención de licencias para conducir a edades tan tempranas como los 9 y 15 años. En cifras precisas, 479 menores de edad que no estaban legalmente habilitados para conducir perdieron la vida.
Los fines de semana se destacan como los periodos más riesgosos, acumulando el 43.7% de muertes de menores, especialmente entre las 6 p.m. y las 2:59 a.m. Este patrón sugiere una correlación significativa con actividades de riesgo, como carreras callejeras y maniobras peligrosas que aumentan la vulnerabilidad de los menores.
En el primer semestre de 2024, la problemática persiste; se reportaron 285 muertes de menores, de las cuales 178 eran motociclistas, representando el 62% del total de fallecimientos de menores, en comparación con el 58% del año anterior. Aunque se observó una reducción del 19% en el número total de muertes de menores en esta primera mitad del año, la proporción de menores fallecidos en motocicletas continúa en ascenso, indicando una tendencia preocupante que no muestra signos de mitigación.
Las autoridades hacen un llamado a la implementación de un sistema de licenciamiento gradual para nuevos conductores, con restricciones estrictas para quienes obtienen su primera licencia. Es fundamental, además, abordar los vacíos legales que permiten que menores de edad operen motocicletas sin la supervisión adecuada. En Colombia, la mayoría de los menores que fallecieron en motocicletas no poseían la licencia para conducir, destacando una problemática de control regulatorio y supervisión por parte de las autoridades y responsables.